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MONUMENTAL DE BARCELONA

El toro despertador

Dos horas de tedio era mucho tedio. Pero he aquí que salió el toro que cerraba plaza, de nombre Triunfal. Parecía dormido, como los espectadores. Hizo cosas de manso, parecía rehuir la pelea. Pero salieron los piqueros y el toro pareció transformarse. Apretando con fijeza y poder, se durmió debajo del peto durante un puyazo que parecía no tener fin. Despertó el toro y despertó el público. Y el Piquero aguantó como pudo el vendaval. El presidente también estuvo en su sitio porque, atendiendo a lo previsto reglamentariamente, puso en práctica el caso excepcional de cambiar de tercio con una sola vara, pero ¡qué vara! Hasta hubo quien creyó que el animal casi se había dejado la vida en el envite. Tremendo error. Se arrancó como un tren en banderillas y Curro Molina lo pareó guapamente. El tal Triunfal llegó al último tercio con bastantes viajes aprovechables y Domingo Valderrama sólo lo aprovechó a medias, destacando en dos excelentes series con la diestra en los medios. El toro se vino un poco abajo y Valderrama ahogó las embestidas y, entonces, estuvo más pendiente, de torear al público que al astado. Acabó de un pinchazo y una estocada desprendida y, como había habido emoción, dio la única vuelta al ruedo de la tarde. Mostró también decisión en el tercero, que dobló las manos varias veces, pero estuvo muchas veces fuera de cacho y se jaleó excesivamente a sí mismo.Emilio Silvera tuvo un lote muy deslucido, pero mostró oficio y saber estar, aunque alargase en exceso las faenas y estuviese desacertado a la hora de matar al cuarto.En cuanto a Sergio Sánchez, que banderilleó a sus dos toros (mejor en el quinto que en el segundo), estuvo voluntarioso con su primero y no supo qué hacer con el muy manso sobrero, al que no consiguió sujetar en ningún momento, pero al que, después de tres pinchazos, propinó una excelente estocada.

Albaserrada / Silvera, Sánchez, Valderrama

Cinco toros del Marqués de Albaserrada, cumplidores en varas, pero deslucidos para los de a pie, excepto el 6º, 5º, sobrero de Ernesto Louro, manso. Emilio Silvera, nuevo en esta plaza: aviso y silencio; dos avisos y silencio. Sergio Sánchez:, silencio y palmas. Domingo Valderrama: silencio y vuelta al ruedo. Plaza Monumental. 15 de septiembre. Un cuarto de entrada.

Todavía estaba el público sumido en el tedio más intenso. Minutos después, Triunfal despertaría a todo el mundo.

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