El líder del PSOE expresa su "voluntad de volver al Gobierno" para cambiar el país

ENVIADA ESPECIALAnte cientos de socialistas de todo el mundo, el secretario general del PSOE, Felipe González, confesó ayer su empeño de volver al poder: "Tengo voluntad de volver al Gobierno porque quiero seguir transformando la realidad de mi país". González participó en la primera jornada del Congreso de la Internacional Socialista (IS) e instó a sus correligionarios a que se adapten a, la realidad y dejen atrás principios ideológicos cerrados que sólo les conducen a la oposición. El líder socialista reconoció que este pensamiento vale para todo el mundo, aunque lo diga en Nueva York: es decir, también es válido para su partido.

El líder socialista español fue sonoramente aplaudido por los asistentes a este congreso de la Internacional Socialista cuando les pidió que huyeran de la tentación de seguir inventando el futuro mientras la derecha gobierna el presente. "No todos tenemos vocación mayoritaria, porque asumir la realidad y tomar decisiones crea contradicciones, y es mucho más cómodo representar a una minoría", aseveró. Además de todos los delegados extranjeros, le escuchaban con atención el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra; el presidente del Grupo Socialista, Joaquín Almunia; el responsable de Relaciones Internacionales, Raimon Obiols; el diputado Luis Yáñez, y las socialistas catalanas Dolores Renau y Teresa Riera.

El líder socialista consideró paradójico que los allí presentes integren una internacional, mientras que, a efectos prácticos, quien actúa rigurosamente con carácter internacionalista es el capital y los mercados. Una y otra vez volvía en su discurso a la necesidad del pragmatismo y de no dejarse llevar por antiguos prejuicios que llevaban a los socialistas a denostar el mercado y todo lo que sonara a macroeconomía. Su tesis, que expuso casi con pasión, es que si los socialistas no apuestan por una "macroeconomía sana", no habrá justicia social.

Sobre Juan Carlos Rodríguez Ibarra, González se limitó a confirmar a los periodistas que no había hablado con el presidente de Extremadura, quien en unas declaraciones radiofónicas había dicho que lo había llamado por teléfono.