Anestesia y debate de ideas
Ninguna imagen sobre la situación política de Cataluña puede ser tan descriptiva como la utilizada por Félix de Azúa en su artículo del sábado 31 de agosto Que les dejen tranquilos, cuando ironiza sobre las actividades de los parlamentarios catalanes como comentaristas futbolísticos, aficionados gastronómicos o impenitentes veraneantes. Cualquier cosa menos animadores del debate de las ideas. Y es que Vidal-Quadras, sea cual sea su destierro político, podría con suerte ser recordado como el político que quitó la anestesia y la protección profiláctica al paciente, el país, para que éste sienta en sus carnes el dolor de las heridas del debate y el malestar de los virus de la polémica.Ya está bien (gracias, Pasqual Maragall) de temas tabú en la escena política catalana. Ya está bien de morderse la lengua para no inquietar al público. La política debe salir de los pasillos parlamentarios y de las más que previsibles tertulias de radio y televisión. El debate político, el debate de las ideas, debe ser devuelto a sus titulares, los ciudadanos, aun a riesgo de que se infecte el virus del libre pensamiento.-
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