País de contrastes
Mucho me temo que este país, estadísticamente hablando, se divide en dos partes: un 5% de frescos y un 95% de congelados. Esta larga y tortuosa crisis parece que es la encargada de acrecentar más el grado de temperatura de los españolitos. Y es que esto funciona así:Los hay frescos-oportunos viven de la crisis, se alimentan de ella y la explotan. Los hay frescos-creyentes, a los que les gusta provocar y hacer temblar los Presupuestos Generales del Estado (más concretamente en la partida de Fondos Reservados) porque imaginan y suponen que éstos brotan por generación espontánea dentro de la cueva de Alí Babá, y tiran de ellos en beneficio propio o en nombre de unas siglas.
A la otra parte, a la térmicamente sólida y fría, se les va congelando paso a paso: a unos el trabajo, a otros el sueldo, las viviendas, la seguridad... y a la mayoría, las ilusiones, que es lo más frustrante. Ya se sabe, los frescos viven y los congelados sobreviven, que no es poco, porque mientras sigan existiendo los segundos podrán ir tapando los agujeros que hacen los primeros. Lo que no se les puede negar es la gran imaginación que se le echa a esa señorita difícil llamada crisis, porque en su intento de conquistarla inventan e inventan... que no te preocupes, que en las autovías puede estar la clave del asunto, que si así no se soluciona, pues seguimos intentándolo con las farolas del barrio, o ponernos peajes en las principales calles de las ciudades.
En fin, el caso es que seguimos con dos bandos extremos: primero fueron los rojos y azules, luego derechas e izquierdas, ahora frescos y congelados... Ay, país de contrastes.-
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