Enorme perplejidad

El pasado 29 de julio, la redacción de Opinión del Lector recogió un comentario mío titulado La torre de la Puerta del Sol, que agradezco, posiblemente como premio a mi compromiso diario con la lectura de EL PAÍS.En este momento deseo mostrar, nuevamente, mi enorme perplejidad por no haber recogido la más leve cosecha de respuestas, ni mínimo movimiento de nadie. ¿Es posible que el tono irónico de mi nota anterior no se haya entendido?

Quisiera, en esta ocasión, explicarme mejor:

- El asunto no se refiere sólo, a la torre, sino al edificio entero.

- Se comenta una "posible y presunta irregularidad".

- Se trata de un montante de casi 1.000 millones de pesetas.

- Si todo resultase limpio, ¿no es posible entender una cierta ventaja para la entidad que ya está in situ?

-¿Qué compensación se ha previsto para igualar oportunidades frente a otros concursantes?

- Las obras actuales, ¿cuándo se licitaron?

- ¿A nadie le interesa ofrecer alguna explicación?

-¿A nadie le interesa buscarla? ¿Ni a EL PAÍS? ¿Ni a sindicatos, ni a técnicos, ni a administrativos, ni a políticos relacionados con ello?

-Si así fuera, ¿de qué sirve cualquier comentario-denuncia?

-Si así fuera, así nos va.-