Otra vez la polémica sobre Irlanda del Norte
Es ésta la cuarta vez que el Defensor del Lector se ve obligado a abordar el tema sobre la terminología de Irlanda del Norte. Las dos primeras fueron a cargo de uno de mis antecesores, el 15 y el 28 de junio de 1986. En aquella ocasión, el Defensor del Lector acabó dando la razón a la lectora Cathy Sweeney. La tercera intervención fue la mía del 28 de junio en respuesta a la lectora Caragh Halpin, a quien respondió el redactor jefe de Internacional, Luis Matías López.Y fue la respuesta de Matías la que ha provocado una nueva respuesta, precisamente de la lectora que había por primera vez planteado el tema en 1986. Cathy Sweeney se refiere esta vez a dos de los siete puntos que el 28 de junio planteaba Caragh Halpin y con los que discrepaba el redactor jefe de Internacional: la de usar Ulster como sinónimo de Irlanda del Norte y la de preferir Londonderry a Derry.
En cuanto a la primera, Sweeney escribe: "La costumbre y el uso, aunque sea internacional, no siempre son buenos consejeros en cuestiones de rigor y de objetividad; al contrario, suelen acabar en imprecisión e inexactitud y, en ciertos campos, como el político o el científico, pueden crear o alimentar situaciones conflictivas. Lo vemos y vivimos, por ejemplo, en el uso indistinto de los términos VIH y sida". Y añade: "Por otra parte, alegar que la utilización de Ulster (provincia histórica, nueve condados) como segunda referencia de Irlanda del Norte (fragmento político creado en 1921, seis condados) se justifica "cuando (en titulares, por ejemplo) interese ser conciso" no parece digno de un periódico como EL PAÍS. Sacrificar la objetividad en favor de la concisión en titulares es más propio del estilo de los llamados tabloides. Dada la gravedad de la situación en ese trozo de la isla de Irlanda y las connotaciones que tiene el término Ulster, excepto cuando se aplica a los nueve condados originales, aprovecho esta nueva ocasión para pedir que EL PAÍS se limite a utilizar Irlanda del Norte, que, al fin y al cabo, es el nombre oficial".
Derry / Londonderry
En cuanto a este punto, la lectora escribe: "Quiero puntualizar dos observaciones de la señora Halpin: a) que el nombre oficial de la ciudad es Londonderry, y b) que únicamente los unionistas más radicales emplean dicho nombre; y una de su redactor: que es rarísimo encontrar la palabra Derry en un medio de comunicación que no sea irlandés:a) Si bien los colonos londinenses de principios del siglo XVII añadieron el prefijo London al nombre de la ciudad conocida desde el año 546 como Derry (Doire, en irlandés), el Ayuntamiento recuperó el nombre histórico el año 1984. El condado siempre se ha llamado Derry.
b) Ni siquiera los unionistas más radicales son coherentes en el uso; insisten en utilizar Londonderry por su valor provocativo, aunque el nombre de Derry aparece en algunos de sus símbolos más emblemáticos.
c) No dispongo de muestras de medios de comunicación, pero me permito enviarle fotocopias de algunas publicaciones, ninguna irlandesa, en que aparece la palabra Derry y no Londonderry:
-La página 39 del volumen 9 de la Gran Enciclopèdia Catalana (Barcelona).
-El mapa de la página 189 del volumen 12 de dicha enciclopedia.
-La página 270 de The Hutchison Concise Enciclopaedia (Oxford).
-El mapa que ilustra The spirit of freedom. The war in Ireland (Attack International, Londres.
Por otra arte, ¿por qué EL PAÍS se inspira tanto, y exclusivamente, en medios de comunicación que no sean irlandeses para un tema tan eminentemente irlandés".
La lectora acaba su carta sugiriendo a este Defensor del Lector y al redactor jefe de Internacional la obra de Seamus Heaney, nacido en el condado de Derry y premio Nobel de Literatura de 1995.
He querido dar espacio de nuevo a la polémica abierta en 1986 con estas nuevas precisiones de la lectora Cathy Sweeney, fiel a mi propósito de abrir un diálogo, cuando es el caso, no sólo entre el Defensor del Lector y los lectores, sino también entre los lectores entre ellos. Por lo pronto, de estas polémicas todos podemos concluir que las cosas nunca son tan simples como nos pueden parecer en un primer momento, y como ya indiqué en otra ocasión, incluso nuestro Libro de estilo ha sido a veces corregido o completado por observaciones justas de alguno de nuestros lectores.
El 'Libro de estilo' y la CGT
Cecilio Gordillo, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Andalucía, se queja al Defensor del Lector porque ni siquiera en la nueva edición del Libro de estilo ( 11ª ) de EL PAÍS aparece entre sus diversas siglas la CGT, una organización de trabajadores que, aunque minoritaria, existe desde 1989 y que, antiguamente, se llamaba CNT. Le duele a Gordillo más si cabe porque, en cambio, en el Libro de estilo sí aparecen las siglas de la CGT francesa.Sin duda, el lector tiene razón, aunque puede estar seguro de que, en ningún caso, se ha tratado, como apunta en su carta de queja, de un "boicot informativo premeditado e intencionado". La cosa es más sencilla: se ha tratado de un descuido que será subsanado en la próxima edición. Pues, aun tratándose de una organización muy pequeña, debemos respetarla.
El Defensor del Lector, con motivo de sus vacaciones, interrumpirá su contacto con los lectores hasta el 20 de septiembre. Su próxima columna aparecerá el domingo dia 22.
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