_
_
_
_
Tribuna:HOGUERAS DE AGOSTO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La visita del ectoplasma

El fantasma de Isabel Preysler. Adiós a todo eso en Marivent, hasta agosto que viene

Ni siquiera una mujer recién refinada -que es lo mismo que recién molida- puede soportar ciertas ideas. Ejemplo: que los monjes de Santo Domingo de Silos hayan conseguido lo que ningún asesor de imagen ni mis ruegos nocturnos- es decir, mantener callado al presidente Aznar durante un almuerzo, por mor de la regla de silencio de la orden. ¿Acaso es cierto que sólo la verdadera fe mueve montañas? ¿Acaso es incierto -o sea, mentira, falso, mendaz, incluso infundio, y falordia- que la abnegación se vea recompensada? Porque si alguien ha realizado sacrificios a lo largo de las últimas semanas, si alguien ha contenido sus naturales ansias asesinas, depredadoras, maníacas, ese alguien he sido yo, pasando por el tubo de tanto paripé y tanta educación, y ofreciendo siempre mis abnegados esfuerzos a la Causa: que él se callara. A mí me haacía ilusión que se cumpliera, al fin, la imagen con la que a menudo sueño, desde que fui a un mitin del PP en el que descubrí que el traductor para sordomudos se refería al entonces candidato pasándose la punta del índice por encima del labio superior. Yo pensaba, ay de mí, que el gesto habría quedado perfectamente complementado si el traductor hubiera añadido un ademán simulando cosido de labios: pase rápido de índice, pespunte en morros a continuación. Y fetén.Desde entonces prometí ser buena para que algún día me fuera concedida la gracia, y hete aquí que ello ocurre, pero no por mis desvelos, sino porque los monjes de las domingas le han impuesto el voto. Ergo, ya i no tiene sentido aparentar finez.

Pese a todo, no crean que resulta fácil regresar al estado de ordinariez permanente. Hoy mismo (ayer, para ustedes) Te he sentido temblar de emoción como el resto de la isla de Mallorca ante la inminente llegada de doña Isabel Preysler, que, acompañada por una de sus hijas e invitada por Cristina Macaya a pasar unos días por aquí, viajó precedida de su ectoplasma, y fue como el anuncio de Independence Day: una sombra cubrió lentamente la extensión mallorquina toda mientras nos abrazábamos los unos a los otros y los otros a las unas, y, con pavor en el semblante, gritábamos: ¡No! ¡No puede ser! ¡Ha vuelto! Ni siquiera en el palacio de Marivent me sentí segura. Es más: en Marivent, menos que en ningún sitio, y temiendo, al mismo tiempo, por la familia real, pues ya veía yo cernirse la funesta nube negra sobre nuestras más preciadas prendas, cual se cierne en el trailer de marras sobre la Casa Blanca. Y eso que resultó bien simpático el acto de despedida y cierre para la foto de grupo con que, tradicionalmente, Sus Majestades obsequian al pueblo español mediante presencia interpuesta de los periodistas y, sobre todo, camarógrafos. Que si ponte aquí, que si nos ponemos allá, que si qué bien le sienta el fondo teinte número 12 al duque de Lugo, en fin, sofistiquerías isleñas. Pero, por encima de nuestras cabezas, las unas coronadas, las otras aún no, y las otras de puro trapillo, se balanceaba el fantasma de Lady Porcelaine.

Y digo yo -otra certeza que sale volando por los aires-, ¿cómo es posible que todavía se le preste atención a alguien que sólo existe para sus propias fotos, aquellas que ella misma ordena que le hagan, manda revelar y controla, como a ocurrido en las últimas de la piragua, para venderlas personalmente a la revista que medio la mantiene? ¿Cómo no puede darse cuenta la entera profesión de que toda posibilidad de obtener una exclusiva queda más allá de los límites de este mundo, y de que, digo más, conseguirla con las de Silos al aire o entregada a una bacanal en plan Elle McPherson roza la ciencia ficción? Es más, ¿qué hago yo misma escribiendo de ella, de ello?

Cuánto más útil no sería dedicar este espacio a la que dice ser novia mallorquina de Ozulín d'Ubrique, una ex miss que ha dado a conocer sus fotos con el siniestro diestro y ha revelado que es la mujer de su vida. Pero, ¿lo ven?, de su nombre ni siquiera me acuerdo, y eso que me estremece -iba a escribir acojona- que la haya dejado embarazada y vayamos a tener pronto un Ozulín Jr. brindando bragas por las plazas de toros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_