El asesino de niñas de Bélgica se confiesa autor del secuestro de otras dos jóvenes
La policía prosiguió ayer la búsqueda de más cadáveres y amplió la investigación sobre la cadena de secuestros y crímenes sexuales de niñas cometidos supuestamente por Marc Dutroux, un electricista de 40 años con antecedentes penales, que ha dejado espantada a toda la sociedad belga. Han sido ya hallados los cuerpos de dos niñas y el de un cómplice. Las dos menores murieron de hambre tras pasar el horror de un calvario de más de un año. Los investigadores realizaron un intenso rastreo en los jardines de dos de las casas de Dutroux en busca de otras dos jóvenes, que éste admite haber secuestrado en 1995 con otro compinche.
Cada vez toma más fuerza la hipótesis de que Dutroux no actuó solo. Por el momento, tanto Dutroux como su segunda esposa, Michèle Martin, y otro cómplice, Michel Lelièvre, han sido acusados de secuestro, y una cuarta persona, Jean-Michel Nioul, de pertenencia a una banda de malhechores.Las tareas policiales se concentraron durante toda la jornada de ayer en la búsqueda de Ann Marchal y Eefje Lambreks, que tenían 19 y 17 años, respectivamente, cuando desaparecieron en Ostende (oeste del país) a la salida de una discoteca en agosto de 1995 y de cuyo secuestro se ha confesado responsable Dutroux. El fiscal de Neufchateau, Michel Bourlet, que dirige las investigaciones, no dio más detalles durante una conferencia de prensa sobre qué suerte pueden haber corrido las dos chicas. "Lo importante ahora es encontrarlas", señaló Bourlet, quien se mostró esperanzado de que aún puedan estar vivas. La hipótesis que maneja la Fiscalía es que ambas jóvenes pueden haber sido vendidas a alguna red extranjera de trata de blancas.
Las excavaciones llevadas a cabo ayer en los jardines de varias de las casas que posee Dutroux, por si se encuentran más restos humanos, no aportaron dato alguno sobre el paradero de las dos jóvenes. Las tareas de búsqueda continuarán hoy. Los investigadores afrontan la dificultad de que el presunto criminal, a pesar de no tener trabajo ni subsidio de paro, tenía seis casas y en varias de ellas realizó trabajos de movimiento de tierras.
Su casa de Sars-La Buissièrie, donde aparecieron el sábado los cuerpos de las dos niñas de ocho años, Julie Lejeune y Mélissa Russo, que fueron secuestradas en junio de 1995, y del cómplice Bernard Weinstein, volvió a recibir la visita de las máquinas, que también se utilizaron en otra vivienda suya en Marcinelle, donde vive un hombre de origen griego presunto cómplice suyo. Allí colocó Dutroux. una gran losa de hormigón para tapar un pozo, y la policía está abriendo esa zona del jardín para averiguar si la obra se hizo para ocultar algo.Entretanto, el país continúa espantado a medida que se van conociendo los detalles del calvario que pasaron las dos niñas, Julie y Mélissa, antes de morir de hambre. El fiscal Bourlet dijo que Dutroux ha declarado, "impasible", que sólo asesinó a su cómplice Weinstein, a quien había en cargado junto con Lelièvre que le llevaran una joven, presuntamente para su red de corrupción de menores. Dutroux asegura que, cuando fue detenido por robo en diciembre pasado, entregó dinero a Lelièvre para que comprara comida y cuidara de las niñas pero que, cuando salió de prisión, en marzo, descubrió que habían muerto de hambre. Dijo también que no abusó sexualmente de las niñas y que asesinó a Weinstein porque le exigió dinero para guardar silencio.
Los investigadores dudan de la veracidad de esta declaración, ya que aún no han oído a Lelièvre y saben que las dos niñas rescata das con vida el jueves pasado de la habitación subterránea de la casa de Marcinelle sufrieron abusos sexuales de posibles clientes de la red de pedofilia que dirigía Dutroux. Laetitia Delhez, de 14 años, pasó una semana secuestra da, mientras que Sabinne Dardenne, de 12, estuvo cautiva dos meses y medio.
"Favores a amigos"
La primera de ellas narró el sábado ante la televisión cómo fueron obligadas a "hacer favores a amigos" de Dutroux para compensar la supuesta negativa de sus familias a pagar un rescate que nunca había sido exigido.Según la televisión, Dutroux tiene un hijo de su primer matrimonio y otros dos -de tres años y ocho meses- de su segundo.
Mientras, decenas de vecinos de las familias de Julie y Mélissa acudieron ayer a sus casas de Grace-Hollogne, un barrio de Lieja, para depositar flores bajo las ventanas donde aún seguían los carteles que pedían ayuda para encontrarlas.
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