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El 'caso GAL' quiebra, pero no rompe, la unidad de los partidos democráticos vascos contra ETA

El consenso de la Mesa de Ajuria Enea, renovado hace mes y medio, volvió a quebrarse ayer. La unidad de los partidos democráticos vascos frente al terrorismo no resistió la polémica sobre la excarcelación del general Galindo y la negativa del Gobierno a entregar a los jueces los documentos del Cesid sobre la guerra sucia. La reunión acabó sin que los asistentes consiguieran acordar texto alguno. Pese a ello, la mayoría de los líderes políticos expresaron su propósito de que las discrepancias evidenciadas ayer constituyan un simple paréntesis en la historia del pacto, que volverá a reunirse después del verano.

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El documento de Ardanza proponía reformar la ley de secretos oficiales

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz advirtió, sin embargo al término de la reunión, que e¡ consenso de la Mesa de Ajuria Enea y su propia existencia pueden depender del comportamiento que el Gobierno adopte a partir de ahora en el caso GAL.El lehendakari José Antonio Ardanza intentó conciliar las posiciones contrapuestas de quienes pedían que se reprobara la excarcelación de Galindo y la no desclasificación de los papeles del Cesid (PNV, Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida) y la de los que consideraban que dichas medidas no debían ser debatidas por la mesa (PP, PSOE y Unidad Alavesa). El documento, redactado en términos respetuosos para los diferentes planteamientos en liza, no consiguió el apoyo unánime de los partidos aunque, en un momento determinado, después de sucesivas enmiendas, llegó a contar con el respaldo de casi todos los presentes.

El punto quinto de la propuesta del lehendakari, en el que se pedía al Gobierno que desclasificara aquellos documentos que no pusieran en peligro la seguridad del Estado, fue rechazado por el representante del partido socialista (PSE-EE), Ramón Jáuregui, pero no encontró una oposición frontal en Carlos Iturgaiz, secretario general del PP vasco. Tras consultar telefónicamente con el ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, el dirigente del PP dio su conformidad al documento con la condición de que los suscribiera también el representante socialista.

El texto fue aparcado ante la negativa de Jáuregui, momento en el que Javier Madrazo, de Izquierda Unida, planteó al PNV, EA y Unidad Alavesa (UA) la aprobación de un comunicado expresando la inquietud por la libertad de Galindo y exigiendo al Gobierno la desclasificación de los papeles del Cesid.

La actitud del presidente del PNV, partido promotor junto con EA e IU de la reunión de ayer, evitó que se impusiera una votación que acreditara la división de la Mesa y situara al PP y al PSE-EE en el papel de derrotados. Ante la falta de acuerdo, después de cuatro horas de debate, los dirigentes de las fuerzas democráticas vascas optaron por levantar la reunión y comparecer por separado ante los medios de comunicación.

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"Ningún motivo de inquietud"

Con la excepción quizás de Madrazo, los integrantes de la Mesa se esforzaron por no dramatizar la situación y extraer aspectos positivos de la puesta en común de las discrepancias.El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, insistió en esta idea, al declarar en Madrid que la falta de acuerdo evidenciada ayer no supone "ningún motivo de inquietud", ya que las divergencias se refieren "al pasado". "A mí me preocuparía", dijo Álvarez Cascos a Efe, "que las divergencias se hubieran planteado en torno al presente y al futuro y no sobre asuntos que ocurrieron en los años 86 y 87, antes de firmar el Pacto de Ajuria Enea".

Sin embargo, Javier Madrazo, de IU, proclamó que "el consenso sale muy tocado" y que el Gobierno, al negarse a entregar los papeles del Cesid, "se ha pasado por el arco del triunfo a la Mesa de Ajuria Enea". En su opinión, PP y PSOE tienen "un pacto de hierro" para impedir el esclarecimiento de los GAL.

Arzalluz, de su lado, valoró positivamente la reunión, alegando que con la misma se evitó que pasaran desapercibidas decisiones "rnuy graves" adoptadas deliberadamente en agosto, "con alevosía política".

El presidente del PNV interpretó esas decisiones como "un paso en la búsqueda de un punto final de facto" sobre la cuestión de los GAL y adviritió que la actitud del Gobierno en esta materia puede afectar gravemente al futuro mismo de la mesa.

También el presidente de EA Carlos Garaikoetxea aludió a la virtud de mostrar "la autenticidad" de las divergencias frente a la escenificación de un consenso imposible, pero se mostró conciliador y señaló que su partido no está por abandonar el pacto.

El socialista Ramón Jáuregui reiteró que las resoluciones judiciales no deben motivar pronunciamientos políticos y subrayó la legitimidad de la decisión adoptada por el Consejo de Ministros sobre los documentos secretos del Cesid. "Las pruebas obtenidas ilegalmente no pueden ser utilizadas ni respaldadas por un Gobierno", argumentó.

Para Pablo Mosquera, de Unidad Alavesa, los derroteros y el desenlace de la cumbre de ayer una reunión peligrosa", dijo-, dieron la razón a quienes como él se opusieron a la convocatoria de la Mesa de Ajuria en las actuales circunstancias.

Como es habitual, la reunión de los partidos democráticos vascos fue duramente criticada por HB, la coalición próxima a ETA. Jon Idígoras, uno de. sus portavoces, Acusó de "cínicos" a los miembros de la Mesa, y especial mente al PNV, "que se llena la boca hablando de esclarecimiento cuando sabe mucho de los crímenes de los GAL y tiene mucho que aclarar", informa desde

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