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Virjinia GIück: "No hay que sentir vergüenza de los gritos femeninos"

La ex bailarina presenta su nuevo rumbo artístico como cantante

Fue bailarina desde pequeña y a los 16 años ganó el Festival de Lausana, Suiza, uno de los más prestigiosos. Empezó muy joven con Víctor Ullate y a los 14 se salió de la danza. Bailé en la ópera de París, en Copenhague, y en la compañía de Maurice Béjart. Pero lo dejó todo, se lo pensó durante cinco años, y ahora debuta en una nueva etapa profesional con un álbum en el que canta, compone y musicaliza temas originales y rompedores. "Empecé a componer cuando era bailarina. Lo hacía como terapia porque era un mundo que te esclavizaba mucho", dice. "Vivía en un mundo muy sacrificado y además mudo, con poco lugar para la palabra, y había historias que me apetecía contar". Entonces se atrevió a dar el paso a uno.

"El disco ha sido como una pasada a limpio de cosas que ya había previsto con detalle. Desde las secciones de cuerdas o el piano, que en las maquetas yo hacía con un teclado". La voz de Virjinia Glück es lo primero que sorprende. Hay ecos lejanos de Kate Bush. "Me la he currado mucho, pero de una forma muy mía, investigando mis posibilidades en el estudio de mi padre. Pero ha sido también muy espontáneo cantar así. No quería marcar un estilo, ser original. Ha salido como soy yo".Una voz aguda que no oculta un punto de histeria, dé grito hondo de mujer. "Son mis historias, pero de una forma histérica. Hay un punto de humor en eso", explica. "Una llamada urgente a poderlas contar. Pero creo que la música es muy sensitiva y este álbum llama a los sentidos. En cuanto a la histeria, es el grito femenino y no creo que debamos avergonzarnos por ello. El hombre ha explotado siempre su masculinidad y creo que nosotras también debemos explotar nuestra parte más pasional, la mejor, sin ataduras".

"Yo creo", dice Glück, "que hay gente con propuestas nuevas que a lo mejor no han tenido las oportunidades que he tenido yo", dice. "Pocas discográficas apuestan por cosas arriesgadas".

Su vida ha estado impregnada de música. "He oído mucha música clásica desde pequeña, pero prefiero a Debussy, Prokófiev, Stravinski y los impresionistas. Me gusta el rock sinfónico de los setenta (Yes, Génesis) y la música de ahora también: Björk, Smashing PumpkIns. De los españoles me gustaba Radio Futura".

Arropada por un ambiente musical en su familia, Virjinia Glück hace referencias en sus canciones a pintores -Klimt- y escritores -Goethe- "Me gusta la pintura y la literatura como forma de expresión. El beso, de Klimt, es un cuadro que siempre me impactó mucho y le dedico una canción. La escribí como si la mujer que está sentada esperando el beso ya existiese, y el pintor sólo estuviera allí para inmortalizarla". También le dedica un tema al Fausto. "En ese tema, como él, vendo mi alma".

Sin embargo, es difícil dejar de lado la disciplina, y el arte, de toda una vida, y esta cantante está dispuesta a montar un espectáculo en el que también integrará la danza. "Es una cosa que llevo tan dentro, que no la puedo dejar", dice. El inicio de una carrera que esta madrileña afronta con mucho optimismo. "No en vano mi apellido significa suerte, en alemán".

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