Tomar la calle
Los vecinos de Argumosa organizan campeonatos de chapas sobre el asfalto
Es sólo una vez al año, durante los ocho días de las fiestas de San Cayetano y San Lorenzo. El Ayuntamiento de Madrid corta la calle Argumosa al tráfico cada tarde a las seis. Se instalan los churreros, la tómbola y el pim-pam-pum, y sin coches con que competir por el espacio los veladores se expanden hasta la calzada. Los vecinos de la Agrupación Recreativa Argumosa, formada por 40 familias del barrio, aprovechan para tomar la calle organizando, por ejemplo, una Olimpiada de Juegos de los Sesenta.El campeonato de chapas, categoría senior, es la prueba reina a pesar de que la intención de los organizadores es enseñarles a los chavales juegos como las chapas, el taco, las tabas o la peonza.
Los atletas del pulgar ocupan posiciones en la línea de salida colocándose la gorra de visera reglamentaria y estudian el sinuoso circuito trazado a brochazo limpio entre las barras exteriores de dos bares, los alcorques de los árboles y los veladores. En la acera de enfrente los chavales hacen lo propio en un recorrido sin curvas. Lo de las chapas tiene su truco, explica Carmen Revuelta, una niña de 10 años que prefiere los video juegos, "hay que llenarla de cera para que pese más y no se salga fácilmente y frotar el culo contra el suelo para que se quede más suave y resbale mejor".
Javier Ruiz, a sus 40 años, está absorto en el circuito. Su chapa es alta tecnología, ha colocado en el fondo su foto, la ha rodeado de cera y le ha puesto un cristal para protegerla. Ruiz, que tiene dos hijos de 13 y seis años, no hace esto normalmente, juega poco y menos con sus hijos. "Llego a casa a las siete y pico, ayudo a la mayor con los deberes, les enseño un poco a utilizar el ordenador y para de contar", explica. Pero ayer noche tomó una determinación: "La agrupación va a solicitar al Ayuntamiento de Madrid que corten la calle al tráfico todos los domingos por la mañana".
Aurrecoechea, 56 años, arrodillados en la acera, el ojo y el índice en el canto de la chapa,va más allá: "Hacen falta espacios con tierra en las ciudades para que los niños jueguen; las canicas, por ejemplo, se han perdido porque en el asfalto no se pueden hacer agujeros".
"Ten cuidado que aquí hay agua y la chapa resbala", "suave que derrapas", animan los seguidores de los 10 competidores adultos. Han rejuvenecido 20 años. La chiquillería termina con las chapas y se organiza para jugar al taco. Diez puntos si se mete la media suela de goma -el taco- en el círculo interior, cinco en el rectángulo de fuera. "Sí, es similar a los tazos [círculos que suelen entrar en las bolsas de aperitivos] pero sin anuncios comerciales", puntualiza Aurre-coechea.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.