EL 'RESTAURANTíSIMO'

Otro vestigio del antiguo régimen desaparece: el yate de recreo Azor, a bordo del cual el general Franco y su familia navegaron por los mares de España, va a ser achatarrado. Un imaginativo industrial burgalés, Lázaro González, que se quedó en subasta con el emblemático barco hace ahora cuatro años, tenía intención de convertirlo en un restaurante flotante. La Armada, que se lo adjudicó en El Ferrol, había puesto, sin embargo, como condición que el Azor debía ser desguazado. González pagó por él unos cinco millones de pesetas. Tras ser remolcado desde Galicia, el Azor ha permanecido estos años atracado en el muelle del puerto de Requejada (Cantabria), a unos 20 kilómetros de Santander. Las partes nobles habían ya desaparecido en El Ferrol junto con los dos motores Diesel de 1.200 caballos de potencia. Hace tres años su propietario lo convirtió, a 300 pesetas la entrada, en un museo para visita de nostálgicos. Ahora, después de pelear infructuosamente en los juzgados para soslayar el destino que se había impuesto al barco, González se han rendido y está dispuesto a achatarrarlo. Algunas cosas del Azor (60 metros de eslora y 25 de manga) se los llevará a Burgos para decorar el exterior de un nuevo restaurante. que ha abierto en las proximidades de la ciudad. El yate transformado en chatarra apenas producirá 150 toneladas.-