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Reportaje:

El agujero del Pasillo Verde

Una brecha de 100 metros lleva a noventa viviendas ruido del tren de cercanías

"Es una faena que te compres un piso nuevo y te pase esto", dice un vecino. Esto es la brecha en la línea férrea del Pasillo Verde: unos 120 metros de longitud abiertos por los que se ve, y sobre todo se oye, el tren. Cerca de noventa viviendas pueden notarlo en directo; pero son muchas más las que lo perciben a distancia."Mi vivienda da a la calle de Cobos, pero de todas formas el sonido del tren sale por Etreros al final de esta calle se encuentra el mayor agujero-, rebota en los edificios que tengo enfrente y me llega. También pasa por los patios", se queja un vecino de la acera impar, la más próxima a la vía, que tiene la suerte de que sus ventanas no den hacia ella. Desde los pasillos del interior del bloque también se sufre el paso de los vagones de cercanías: aproximadamente cada diez minutos, desde cerca de las 6.00 a las 24.00.

El punto negro se encuentra, señalado por un obelisco, entre las estaciones de Pirámides y Príncipe Pío, por las que pasan las líneas de cercanías C-10 y C-7B, puestas en funcionamiento el último día de junio. Con ellas se completaba la llamada M-30 ferroviaria. Pero el cierre de la línea férrea obliga hoy a los vecinos a clausurar sus ventanas por el ruido.

Desde el mirador, un afectado de la acera par señala el boquete de Etreros: "Hemos conectado el aire acondicionado y echado el cerrojo a las ventanas. De todas formas, los segundos en que pasa el tren, te pierdes lo que dice la televisión". Lleva un año aquí con su familia: "Cuando acabaron las obras, empezó el tren".

Dos ingenieros que viven en el bloque de enfrente realizaron mediciones. El resultado fue, "en algunos puntos, de 65 a 95 decibelios", según una joven que comparte el mismo edificio. Ella considera contradictorio el poco interés que les ha concedido el Ayuntamiento con lo que considera su obsesión en suprimir el ruido de las terrazas y veladores. Por Cobos de Segovia, un viandante interrogado dice trabajar en la última obra de la calle. "¿El sonido del tren? Se va a arreglar", afirma.

En Cercanías de Renfe afirman que el Consorcio del Pasillo Verde [en el que participan, ademas de la compañía ferroviaria, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid] está realizando un estudio de las posibles barreras sónicas que se pueden usar. Para el 30 de septiembre se prevé su colocación. El concejal de Arganzuela, Clemente Torres, asegura que "en el proyecto original la zona iba sin cubrir", por eso no sabe "exactamente cómo queda". "Lo que sí sé es que los ruidos se van a evitar", concluye. El plazo que da para hacerlo está entre agosto y septiembre.

El ruido no es el único problema. Tapar el hueco totalmente costaría unos cuarenta millones, según los vecinos. Que, añaden, el Consorcio no está dispuesto a pagar. "Da una imagen de suburbio". "Es un peligro para los niños, tal como ahora está vallado", protestan.

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