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"Todo lo inventó el cine mudo"

"Hollywood ya no existe. Existen las multinacionales: lo mismo da que sean japonesas, francesas o australianas", así resume Jhon Landis el cine norteamericano actual. Landis es el director de títulos tan taquilleros como Un hombre lobo americano en Londres, Entre pillos anda el juego, Granujas a todo ritmo o Su perdetective en Hollywood III. Su último desmadre, La familia Stupid, es una disparatada parodia sobre la clase media americana concebida para un público infantil y basada en uno de los cómics más populares en Estados Unidos: The Stupids. Rodada con un presupuesto de 25 millones de dólares (3.125 millones de pesetas), la película -que se estrena en España el próximo día 9- cuenta la historia de una familia cuyo coeficiente de inteligencia hace honor a su apellido. La estupidez, sin embargo, los convierte en héroes cuando logran superar todo tipo de sinsentidos hasta llegar a desmantelar una conspiración internacional contra el Gobierno: "La parodia es un elemento común a toda mi filmografía. Me gusta invertir los roles, cambiar todas las reglas", afirma Landis, quien se define a sí mismo como, "un director subversivo".Dicharachero y con una sonrisa permanente, Landis parece sacado de uno de sus filmes. Queda la duda de si él se inspira en sus películas o si son sus películas las que se inspiran en él "Es frustrante que te encasillen Sólo me han ofrecido hacer comedias, musicales o películas de terror, pero a mí me gustaría probar suerte en otro tipo de géneros y hacer también películas serias. Por ejemplo, westerns", dice, mientras reconoce no haber sido santo de la devoción de muchos críticos: "La crítica en EEUU me odia. Y en otros países me consideran un gran artista. Ni tanto ni tan poco...".

Etiqueta comercial

Si se le pregunta por su etiqueta de director comercial, se defiende: "En realidad, no me han criticado por mi éxito en taquilla, sino por el contenido político de películas como Desmadre a la americana, Entre pillos anda el juego o Granujas a todo ritmo. La anarquía y el desorden sutil de esos. trabajos ha sido molesto para el sistema".Landis ha coqueteado con distintas influencias cinematográficas a lo largo de su carrera: desde el género fantástico a la comedia sentimental, pasando por los elementos del thriller clásico. Pero su principal inspiración procede, según él mismo confirma, de los gags del cine mudo de los años veinte y treinta: "Envidio aquella época", cuando los antiguos estudios eran fábricas de grandes películas. El cine, en realidad, no ha evolucionado nada. Todo fue inventado entonces". Lo que el director dice no entender es por qué se ha considerado siempre a la comedia como un género menor: "Es absurdo, porque es mucho más difícil hacer reír que hacer llorar. Chaplin, Buster Keaton y Groucho Marx ya se quejaban de que la comedia no fuera tan premiada como el género dramático. Sólo Woody Allen ha ganado un Oscar por su comedia Annie Hall". Preguntarle por los Oscars equivale a oírle soltar una carcajada. Se saca del bolsillo su tarjeta de miembro de la Academia y bromea: "Tiene una ventaja. Puedes ver cine gratis". Y seguidamente aclara: "Yo soy el primero en apoyar ese gran show, porque de momento no se ha inventado nada igual para promocionar el cine. Pero opino como mi gran amigo Alfred Hitchcock, que me solía decir: "los Oscars son una basura trivial, hasta el día en que te nominan".

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