Dos clientes de una sauna sufren heridas de escopeta durante un atraco cometido por dos encapuchados

Dos clientes de la sauna Geisa, situada en el número 88 de la calle Rodríguez Marín (Chamartín), fueron heridos de escopeta ayer de madrugada por una pareja de asaltantes que robó un millón de pesetas del establecimiento, según la Jefatura Superior de Policía.Las postas destrozaron tres dedos a Javier Rodríguez Esteban y alcanzaron la pierna izquierda de Edgar Piedrahita González. Ambos se toparon en la puerta con la huida de los dos delincuentes. El hombre armado realizó un disparo que alcanzó a ambas personas, que fueron auxiliadas por dos ambulancias del Samur -servicio de urgencia inunicipal-.

Javier Rodríguez, con una herida grave en tres dedos de la mano izquierda, fue trasladado al hospital Gregorio Marañón. Edgar resultó herido leve en la pierna izquierda y ayer fue dado de alta en el Hospital de la Paz.

El violento asalto ocurrió a las cinco y diez de la madrugada, hora de máxima actividad en este lujoso templo del sexo madrileño, que funciona desde hace más de 20 años en Madrid. "Ayer viernes, esto, como casi siempre, era un hervidero", indicó el portero de una finca próxima.

Según la policía, uno de los atracadores portaba una escopeta y el otro, un bate de béisbol. El hombre armado ocultaba su rostro con una careta. Su compañero también se tapó luego el rostro.

Una de las empleadas de la sauna explicó a la policía que el atracador se cubrió la cara al pasar la puerta. Cuando pasaron al local se cubrieron el rostro y gritaron: "Esto es un atraco, el dinero, rápido". Luego encañonaron a una persona y recogieron un millón de pesetas en metálico que había en una caja de seguridad, introdujeron el dinero en una bolsa y escaparon hacia la calle Rodríguez Marín, explicó un portavoz policial. Un coche les esperaba en las proximidades.

El estruendo de la escopeta no alarmó a los vecinos del piso situado justo encima de la sauna. A Juan, que oyó un ruido seco, no le pareció un disparo: "Sentí algo, pero no le di importancia". "Luego", prosigue, "sí me asusté al oír las sirenas de las ambulan cias y de los policías".

El ruido sí alarmó, en cambio, a otros vecinos del bloque. "Para pasar a la sauna hay que llamar a la puerta, y si te ven con mala pinta o sospechan de ti, no te abren", explicó un vecino.

El portero de una finca próxima asegura que ya se han producido varios atracos en la sauna Geisa. "Hace siete años se llevaron medio millón de pesetas; dicen que, a lo mejor, se trata de las mismas personas", indicó.

La sauna Geisa se abrió hace 20 años en pleno corazón de Chamartín. A simple vista pasa inadvertida para los viandantes. Carece de letreros o luminosos en la fachada de la calle y está situada en la parte baja posterior del edificio.

En la puerta de acceso sólo hay un cartel: "Instituto". A su lado, un elenco de tarjetas de crédito. "Es que esta sauna es de lujo aclaraba ayer un vecino. "Yo conozco a Ana, su propietaria, y es una mujer formidable". "Lo que me extraña es que su guardaespaldas dejara pasar a los dos atracadores", añadió.