15 muertos al cargar en Johanesburgo la policía con porras eléctricas

Al menos 15 surafricanos negros resultaron muertos y otros 65 heridos en la estación suburbana de Tembisa, a una treintena de kilómetros de Johanesburgo. La multitud, que como cada mañana intentaba tomar el tren para acudir a sus trabajos en la capital, se encontró con una novedad: la compañía estatal de ferrocarriles suburbanos había contratado a guardas de seguridad privados para impedir que muchos pasajeros se colaran sin pagar. Apostados en el andén con porras eléctricas, pretendían impedir el paso a todo el que no portar, su billete. Detrás, en las escaleras de acceso, otros muchos empujaban para no perder el tren. Fue una trampa mortal.

Aún no eran las seis de la mañana, hora punta en las estaciones suburbanas de Johanesburgo. Demasiada gente, como cada día, se agolpaba en los pasos elevados que dan al andén de la estación para coger el tren de Tembisa. Un tren que, como todos los suburbanos, suele ir abarrotado, sucio, que en ocasiones ni siquiera pasa y donde la seguridad brilla por su ausencia. La compañía estatal Metro Rail tiene claros los motivos de esas carencias: "Nosotros ponemos trenes en función de la venta de billetes. Están llenos porque la gente no paga. Van abarrotados de gorrones".

Para evitarlo, Metro Rail contrató los servicios de guardas de seguridad privados. Estos se armaron de porras eléctricas y decidieron que no pasaría al andén ni un pasajero sin billete. Los de primera fila, al ver el panorama, intentaron recular, pero otros muchos, apiñados en el paso elevado y que querían coger el tren, empujaban.

"La gente no sabía adónde ir. Intentaban correr hacia arriba y hacia abajo de los pasos elevados. Algunos incluso saltaron, olvidando que está demasiado alto. Muchos se abalanzaron hacia el andén pasando por encima de otros", relata el testigo y superviviente Patrick Maneli.

Trece personas fallecieron allí mismo. Otros dos, ya en el hospital. Sesenta y cinco más han sido atendidos de sus heridas en hospitales cercanos, y 12 de ellos están en estado crítico. Uno de los médicos que atendieron a los heridos afirmó que la mayoría "sufría síntomas de electrocución, cortes y lesiones internas...". Las protestas no se hicieron esperar. Los jóvenes de Tembisa tomaron las calles, prendieron fuego a la oficina de billetes de la estación y tiraron piedras contra la policía y los periodistas. La policía replicó con gases lacrimógenos y disparos al aire.

El presidente surafricano, Nelson Mandela, exigió una inmediata investigación de los hechos y lamentó la "tragedia nacional" de Tembisa. "El Gobierno tomará urgentes medidas para evitar que vuelva a ocurrir un desastre como éste", sentenció Mandela.