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Guinea Ecuatorial se niega a acoger a 16 inmigrantes que España quiere repatriar

Javier Casqueiro

Las autoridades de Guinea Ecuatorial no aceptan la repatriación de 16 inmigrantes retenidos en el aeropuerto de Barajas porque niegan que hayan partido hacia España desde la capital, Malabo. No obstante, un avión de Iberia permanecía ayer dispuesto a proceder a su deportación. Por otro lado, ninguno de los 103 inmigrantes subsaharianos expulsados a sus respectivos países el 24 de junio había solicitado formalmente asilo en España antes de emprender el viaje de repatriación desde la base militar de Gando (Canarias), aunque 35 sí la habían reclamado a un representante de la Cruz Roja.

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La compañía Iberia localizó ayer entre su flota un avión libre en plena temporada alta de verano para repatriar a Guinea Ecuatorial a los 16 inmigrantes ilegales que el pasado domingo organizaron un motín en el aeropuerto de Barajas, para evitar su deportación.Ayer fueron visitados en la sala (le no admitidos del aeropuerto por el delegado del Gobierno, Pedro Núñez Morgades, y por el director general de Política Interior, José Ramón Onega, que comprobaron su buen estado de salud. La nave en la que debían viajar a Malabo, un Airbus 320 con capacidad para 147 pasajeros, esperaba esta madrugada el permiso de las autoridades guineanas para aterrizar en el aeropuerto de Santa Isabel, en la capital. A bordo iban a viajar, además de la tripulación, los inmigrantes y 16 vigilantes jurado contratados por la compañía. Sin embargo, según fuentes del aeropuerto, a última hora de ayer se descartó que el vuelo fuera a producirse durante la noche.

Las autoridades de Guinea, por su parte, no aceptan esta repatriación porque niegan que esos inmigrantes hayan partido hacia España desde Malabo. El ministro de Exteriores guineano, Miguel Oyono, informó ayer mismo al embajador español en Malabo, José María Otero, que su país "no puede recibir personas de identidad dudosa".

Oyono declaró ayer a Efe que los justificantes de los pasaportes de esos 16 inmigrantes facilitados por España "no corresponden al formato oficial" que utiliza su país. El ministro guineano añadió que en esos documentos "no se registra ningún sello de entrada ni salida de Guinea en las fechas que señala el servicio de inmigración español". Y apostilló que tanto el responsable de asuntos consulares de la Embajada de España como Iberia verifican antes de cada vuelo la autenticidad de los visados.

El embajador de Guinea en España, Santiago Nsobeya, despejó aún más las afirmaciones de su ministro al afirmar que su Gobierno consideraría "una provocación" cualquier intento de España de deportar a estos inmigrantes a Malabo. El embajador de España en Guinea, José María Otero, admitió estar realizando en la tarde de ayer las últimas gestiones para resolver "este complejo problema" y también haber conversado sobre este asunto con el ministro guineano.

Estos 16 inmigrantes llegaron el domingo 21 de julio a España en vuelo de Iberia desde Malabo. La policía les pidió sus pasaportes, comprobó que eran falsos -de Nigeria, Suráfrica y Camerún- y cuando fueron detenidos solicitaron asilo y se les denegó. Ellos dicen proceder de Liberia.

Por otra parte la falta de agilidad de las organizaciones no gubernamentales que gestionan habitualmente la solicitud de asilo o quizá la excesiva celeridad del Ministerio del Interior han podido ser la causa de que la deportación de los 103 inmigrantes desde Canarias fuera "legal". La realidad es que ninguno de los trasladados el pasado 22 de junio de Melilla a Málaga y de ahí, el 24, a la base militar de Gando (Canarias), había solicitado oficialmente el asilo en España hasta esa fecha. Así lo señala la Delegación del Gobierno en Melilla, que especifica que dos de ellos sí reclamaron el asilo antes pero les fue denegado, y también lo confirman ahora la Comisión Española de Asilo y Refugio (CEAR) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Fin de semana sin papeles

CEAR explica que antes de los incidentes del 17 de junio en Melilla, siete de los 130 centroafricanos residente en la ciudad sí habían solicitado en tiempo y forma el asilo. Ninguno de ellos fue expulsado. Tres se albergan en el Centro de Acogida de Refugiados del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de Sevilla y cuatro en Madrid.La Cruz Roja de Melilla, tras la reyerta que enfrentó a 103 subsaharianos con la policía, se ofreció para mediar por los 35 africanos que no habían tomado parte en la trifulca. Un enviado de la Cruz Roja desde Madrid, André Mtibarusiga, estuvo esa semana en la ciudad y se llevó sus cuestionarios de asilo para que ACNUR los entregase en Interior. En este último trámite surge la polémica entre las propias organizaciones humanitarias. El coordinador de CEAR Andalucía, Alberto Revuelta, de quien dependen las oficinas de Ceuta y Melilla, asegura que ACNUR actuó tarde y esperó un fin de semana sin presentar los papeles. La demora resultó decisiva.

Waldo Villalpando, el coordinador de ACNUR en España, explica que el enviado de la Cruz Roja llegó a Madrid con la documentación el sábado 22, se la entregó el domingo 23 al representante adjunto de ACNUR en Madrid y éste informó al Gobierno de esas solicitudes el lunes 24, primer día hábil tras conocer esas peticiones. Los aviones con los centroafricanos ya estaban en Canarias. Las organizaciones humanitarias desconocen si podrían haber logrado en ese momento que esos 35 subsaharianos bajasen de los aviones. Villalpando admite que quizá hubo, en esos días y entre ACNUR, CEAR y la Cruz Roja, "una confusión común". Revuelta matiza que . no se registraron los papeles inmediata mente en la comisaría de Melilla porque allí se solían conceder citas con más de 20 días de plazo para tramitarlas y en ese periodo se aprovechaba para abrir los expedientes de expulsión.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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