La cúpula castrense de Honduras aborta una conjura contra el jefe del Ejército
La cúpula castrense frustró una conjura contra el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Mario Hung, y capturó a cuatro oficiales disidentes, según informó ayer el diario La Tribuna y confirmó más tarde un portavoz oficial. La rebelión fue abortada el sábado, cuando Hung se encontraba en la ciudad de Trujillo, en la costa atlántica del país, en una reunión con dirigentes del gobernante Partido Liberal. El matutino aseguró que entre los cuatro oficiales arrestados se encuentra el coronel Carlos Eduardo Andino Cobos, instructor de la Escuela de Comando y Estado Mayor.
El portavoz de las fuerzas armadas, teniente coronel Mario Villanueva, confirmó más tarde el arresto de los cuatro militares y dijo que en el compló están involucrados "un grupo pequeño oficiales que manifestó algún tipo de inconformidad" por la situación presupuestaria de la institución y sus salarios.La intentona de derribar a Hung Pacheco se produjo el sábado pasado, cuándo éste sé encontiraba en Trujillo, región caribeña del país, junto con el jefe de la Fuerza Naval, Bruno Fontaria, y el ministro de Defensa, José Luis Núñez Benneth. Participaban en un seminario auspiciado por una fundación sobre el traspaso de la policía militar al poder civil, al que también asistía la vicepresidenta de Honduras, Guadalupe Jerezano. Al parecer, la operación contra Hung se fraguó en la residencia particular de un coronel.
La Tribuna publicó la información después de que en las últimas semanas una radio local y un grupo privado de defensa de los derechos humanos advirtieran sobre disputas en la cúpula de las fuerzas armadas. Aseguraron que algunos oficiales conspiraban contra Hung, acusándole de debilidad frente al Gobierno del presidente Carlos Roberto Reina, quien impulsa planes para colocar a los militares bajo mando civil. Un compló contra Hung conduciría a un golpe contra Reina, un liberal de 70 años que asumió el poder en enero de 1994.
Servicio militar voluntario
Analistas y políticos opinan que existen oficiales descontentos por la aprobación de un servicio militar voluntario, limitaciones de presupuesto y acusaciones contra militares por desapariciones. Hung abandonó el sábado una reunión con los dirigentes del gobernante Partido Liberal al enterarse de que "algo anormal, producto de inocultables intrigas e inconformidades, estaba ocurriendo al interior de la institución y en su contra", indicó el diario.El Ejército ha sido sacudido desde 1984 por tres cuartelazos por disputas internas de poder. El último de los jefes del Ejército fue el general Arnulfo Cantarero, quien tuvo que dejar el cargó en 1990 debido a un movimiento encabezado por el general Luis Discua, quien entregó el mando en enero a Hung. Cantarero fue depuesto por sus compañeros de armas acusado de ceder poder a los civiles.
Los analistas aseguran que los oficiales de línea dura cuestionan a Hung por lo mismo que a Cantarero, después de que antes de llegar a la jefatura constituyera la esperanza de los militares de no ceder nuevos espacios y recuperar algunos perdidos.
Señalado como de línea dura en defensa de la estructura castrense y su poder, Hung tuvo que sucumbir ante el nuevo panorama nacional y mundial, según los mismos analistas. Los militares aceptaron en 1995 la sustitución del servicio militar obligatorio por uno voluntario, pero temen que conduzca a la supresión del Ejército.
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