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OFENSIVA TERRORISTA

Los veraneantes abarrotan las playas de Tarragona a pesar de los atentados

LUIS MAURI Las bombas de ETA no han podido con las ganas de veraneo de los turistas que disfrutan en la Costa Dorada de Tarragona, pero han sembrado la inquietud entre los hoteles. La noche del sábado y la mañana del domingo, como cualquier día de estío en el cálido y masificado litoral español, los veraneantes seguían Consagrados a la tarea de procurarse buenas raciones de sol, cerveza y diversión. Después de que las playas que unen Salou y Cambrils fueran rastreadas la noche del sábado en busca de más explosivos, la mañana, del domingo la afluencia de bañistas fue masiva. Los hoteleros aseguran no han registrado bajas en sus establecientos, pero temen que en agosto lluevan las cancelaciones de reservas.

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Los hoteles de Cambrils y salou están prácticamente al completo. Ayer sólo era posible encontrar alojamiento en un par de establecimientos de Cambrils y en cuatro de Salou. Ni en el Cambrils Princess, en uno de cuyos lavabos estalló un artefacto colocado por los terroristas, ni en el Olimpus Palace, frente a cuya puerta hizo explosión otro, se había dado de baja ningún cliente, según los directores. Las playas estaban llenas y el vecino parque de Port Aventura registraba una afluencia normal de público.Pese a ello y a la aparente normalidad con que discurría ayer la holganza veraniega en la Costa Dorada, los empresarios del sector turístico no las tienen todas consigo. Temen que en cuestión de días empiecen a llegar cancelaciones de los operadores europeos, especialmente de los británicos, ya que la mayoría de los heridos por la bomba del aeropuerto de Reus son de esa nacionalidad.

Caos en el aeropuerto

Los turistas británicos que estaban en el aeropuerto de Reus cuando estalló el ' artefacto que causó 35 heridos recordaban ayer el atentado como una pesadilla. "Había humo por todas partes, los vidrios volaban en pedazos y los niños gritaban", declaró Alan Conway a France Press. "Nos gritaban 'todos al suelo, todos al suelo', pero la gente corría hacia la salida. Había niños perdidos, separados de sus padres". Conway y otro turista, Andrew Mumm, dijeron que las informaciones ofrecidas por los responsables del aeropuerto tras la explosión fueron fragmentarias y tuvieron que enterarse por boca de los periodistas que acudían al lugar de que habían sido víctimas de un atentado de ETA. El director comercial del hotel Cambrils Princess es cauto a la hora de hacer pronósticos sobre el impacto de la campaña terrorista sobre el negocio turístico en la Costa Dorada. Prefiere pensar que la afluencia no decrecerá en agosto, pero no deja de repetir: "Desde luego, esto no nos va a traer ningún bien". El responsable del Olimpus Palace, Josep Maria Baget, confirma que en su establecimiento también reina la normalidad. "Pero", puntualiza, "estos hechos son preocupantes" El gerente.del hotel Casablanca de Salou, Angel Vicente, abunda en la opinión de sus colegas: "Esto no es bueno ni para el turismo ni para las personas".

Los hoteleros de Salou, Cambrils y La Pineda preparan un comunicado de repulsa del terrorismo cuya difusión está prevista para hoy. En realidad, parecen más preocupados que sus clientes. El sábado por la noche, apenas dos horas después de que un artefacto explotase en un lavabo del vestíbulo del Cambrils Princess, buena parte de los 800 ocupantes, del hotel tomaba el fresco, bebía, exhibía el bronce logrado por la máñana y cruzaba miradas en la gran terraza, mientras el grupo Costa Dorada le ponía música a la escena.

Poco después, en Salou, el único signo de excepcionalidad se encontraba en el paseo marítimo y las playas, que habían sido cerradas al público en previsión de los terroristas hubiesen colocado más explosivos.

Los veraneantes, muchos de ellos ignorantes de lo que había sucedido horas antes, se interrogaban entre sí y a los camareros de las terrazas. Una vez informados, -contemplaban boquiabiertos el paseo desierto desde la acera de enfrente y, al cabo de un rato, seguían a lo suyo. Lo suyo, una vez satisfechos de sol durante el día, era fundamentalmente regalarse el gaznate y tratar de ampliar sus círculos de amistades.

Las calles bullían de pieles tostadas oliendo a cosméticos hidratantes, exactamente igual que cualquier otro sábado noche de verano. Los locales nocturnos estaban atestados de gente, y gran parte de esa gente, llena de cerveza. En la calle de Zaragoza, poco más allá de la papelera volada por ETA frente al Olimpus Palace, media docena de cuerpos danone reclutados en gimnasios o agencias de modelos trataban de reclutar a su vez clientes para una discoteca.

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