El Rastro es algo vivo que enferma y se recupera
Gonzalo Armero, cuando contaba algunos años menos de los 48 que tiene ahora, visitaba el Rastro acompañado de su padre y sus hermanos; ahora sigue haciéndolo, "más por el espectáculo que por comprar". Este editor, crítico de arte y diseñador gráfico, acaba de coordinar una pequeña obra, Guía del Rastro, sobre el mercado más emblemático de Madrid. Va dirigida tanto a turistas como a habituales del lugar. El objetivo: que tanto, unos como otros "le saquen más jugo".Pregunta. ¿Por qué el libro?
Respuesta. Es un proyecto muy viejo, de casi 15 años, e intenta enseñar un poco qué es el Rastro. Aunque es un poco como intentar poner puertas al campo, porque este mercado es inabarcable. La guía, cuyo segundo número saldrá, espero, en diciembre, incluye artículos de periodistas y escritores conocedores de el Rastro, y luego un callejero, para que la gente sepa qué puede encontrar. Va dirigida al turista y al amante de este mercado. Espero que ambos le saquen más jugo ahora. No pretendemos ganar dinero, ni hacer un gran negocio. Tampoco queremos perder.
P. ¿Qué aconseja usted al visitante del Rastro?
R. Que fuera después del mediodía, no antes. Es cierto que temprano se puede pasear pero al Rastro no se va a pasear. El corazón del Rastro está en la gente. Hay que ir por las callejuelas, mezclarse, regatear y, por fin, tomarse unas cañas en algún bar cercano. Madrid está más en el Rastro que en el Museo del Prado.
P. ¿Qué diferencia el Rastro de otros mercados similares de otras ciudades?
R. Sin duda, que es más popular y callejero. Otros, como el de París, pueden ser más selectos y se pueden encontrar, quizá, mejores antigüedades. Pero les falta el tirón popular que tiene el de aquí. Se calcula que 200.000 personas lo visitan cada día.
P. ¿Y ha cambiado mucho últimamente?
R. Sí, claro. En los últimos años, desde el principio de los noventa, se ha querido reglamentar mucho. Ahora hay más tiendas de artesanía y de cosas mucho más modernas.
P. ¿Y es mejor o peor?
R. No lo sé; ahora vienen menos chamarileros. Porque es más dificil poner un puesto. Antes no había que hacer mucho. Ahora es necesario. mucho papeleo. Ganas en orden, pero pierdes en vitalidad.
P. ¿Y cuál es el futuro?
R. Pues no lo sé. Pero seguro que el Rastro de dentro de 20 años no se parece en nada al actual. El Rastro es algo vivo, que enferma, se recupera, que, languidece y vuelve a revivir, como cualquier cuerpo vivo.
Guía del Rastro. Editada por Opponax. 200 pesetas. De venta en librerías y bares de la zona de Latina.
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