228 muertos tras estallar un avión en EE UU la víspera de los Juegos

Un avión de la compañía norteamericana TWA con 228 pasajeros y tripulantes estalló ayer en el aire y se hundió en el Atlántico frente a las costas de Long Island, poco después de despegar del aeropuerto Kennedy de Nueva York. Agentes del FBI, al frente de n equipo de expertos en terrorismo, investigan el suceso. El presidente Bill Clinton aseguró que aún no hay pruebas suficientes ara suponer que haya sido un atentado, pero ésta es la apuesta de numerosos expertos ante las circunstancias de un suceso ocurrido, justo el día antes de la apertura de los Juegos Olímpicos en Atlanta. Entre las víctimas había un español de 16 años.

"Es demasiado pronto para hablar de una bomba", dijo por la arde la ministra de Justicia, Janet Reno. Sin embargo, citó dos llamadas telefónicas sin autenticar que se responsabilizaron de la acción en nombre de Yihad (Guerra Santa en árabe). La agencia de noticias Associated Press citó a un experto que señaló que "el FBI se va inclinando hacia la idea de un atentado, aunque están siendo analizadas todas las posibilidades". Al caer la noche no había sido recuperada ninguna de las dos cajas negras del aparato, un Boeing 747 con 25 años de antiguedad, de los que hay siete en la flota de Iberia. La tasa de accidentes de estos aparatos es estadísticamente menor que la del resto de naves de la aviación comercial. Clinton advirtió contra la psicosis terrorista, que puede llevar errores, como cuando se atribuyó a grupos extremistas árabes el atentado de Oklahoma, perpetrado por ultraderechistas de EE UU. Bill Campbell, alcalde de Atlanta, declaró ayer: "No permitiremos que los Juegos sean secuestrados por los terroristas".Al caer la noche se habían recuperado los cuerpos de más de 100 de las víctimas de un suceso que un testigo describió como una explosión que causó "una bola de fuego que se convirtió en una bengala".

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