El Ejército de México amplía su lucha antiguerrillera a varios Estados

Las batidas del Ejército mexicano en busca de supuestos focos guerrilleros se han extendido a varias regiones del sur y del este del país. La aparición del autodenominado Ejército Popular Revolucionario (EPR) en el Estado de Guerrero y el hallazgo de varios arsenales en la frontera entre Hidalgo y Veracruz, al noreste de la capital mexicana, han impulsado el establecimiento de controles e inspecciones de terreno tanto en las montañas guerrerenses como en la llamada Huasteca hidalguense, que comparten un cuadro de pobreza, cacicazgos y narcotráfico.Los patrullajes se han extendido igualmente a la sierra de Puebla, en la frontera con Veracruz, donde varios testimonios dan cuenta de la existencia de grupos armados. En esta zona, precisamente, las fuerzas de seguridad situaban a varios miembros del Ejército Zapatista, alzado en Chiapas en enero de 1994.

La confusión sigue rodeando al EPR. Tras la detención de ocho personas en Guerrero, la supuesta guerrilla emitió ayer un comunicado en la capital mexicana en el que asegura que ninguno de sus "cornbatientes" ha sido apresado. El grupo, añade la nota, firmada por el comandante insurgente José Arturo no tiene vínculos con el narcotráfico y nunca ha pagado a sus miembros. No obstante, cuatro de los ocho detenidos han reconocido su militancia en el EPR.