Un obstáculo menos para el príncipe

El arzobispo de Canterbury, George Carey, máxima figura de la Iglesia de Inglaterra emitió su veredicto ayer en un escueto comunicado. "Pese a la tristeza del divorcio, el arzobispo espera que este acuerdo sirva para aligerar la carga de pasados problemas y ayude a las personas concernidas a encontrar nueva esperanza y renovada vida en el futuro". Todo un veredicto para Carlos de Gales. Una vez liberado de los lazos matrimoniales, el príncipe se encuentra a los 47 años con las manos libres para desposar al amor de su vida, Camilla ex Parker Bowles. En un país que rompió con la autoridad religiosa de Roma para autorizar el matrimonio de uno de sus soberanos -Enrique VIII- tras un divorcio, no parece que la cuestión puede plantear ningún problema legal al heredero del trono británico, si es que decidiera volver a casarse.El príncipe, sin embargo, ha indicado recientemente que no está en sus planes contraer nuevas nupcias. Quizás a la vista de la escasa popularidad de Camilla, divorciada a su vez, el hijo mayor de Isabel II, ha optado por el celibato para intentar ganar el terreno perdido en estos años de batalla conyugal en la estima de sus futuros súbditos.

El príncipe necesitará tiempo para que el pueblo británico olvide todos los escándalos que han sacudido a la Casa de Windsor desde que los hijos de Isabel II se hicieron mayores. El heredero del trono y su ex esposa han protagonizado el mayor culebrón de la historia de las monarquías modernas. Cintas secretas con patológicas declaraciones de amor del príncipe Carlos han sido publicadas a toda página.

La situación había llegado a un punto que exigía una urgente solución. Hay quien opina que Diana saldrá perdiendo. Ayer, un historiador, Paul Johnson, aseguró que la princesa saldrá beneficiada de su ruptura con una monarquía cada vez más desprestigiada.