El ataque con heridos replantea la seguridad de las escuelas británicas
Dos jóvenes, detenidos a raíz del asesinato de una niña de nueve años
El debate sobre la seguridad en las escuelas británicas ha quedado reabierto tras el ataque perpetrado el pasado lunes en un parvulario de Wolverhampton: un hombre hirió a machetazos a siete niños y adultos. La policía británica detuvo anoche a Horret Irving Campbell, el hombre de 32 años que fue visto huyendo el lunes del parvulario y que es el principal sospechoso de la agresión. Entretanto, los agentes de la localidad de Boode detuvieron a dos jóvenes de 17 años, a raíz del asesinato de Jade Matthews, la pequeña de nueve años hallada muerta a golpes el pasado domingo.
Tras Wolverhampton, reaparecen las discusiones sobre cómo brindar una protección efectiva en los centros escolares. Aún está vivo el asesinato a tiros, hace cuatro meses, en Dunblane (Escocia), de 16 niños y su profesora, a manos de un vecino. "Se está desarrollando el síndrome del imitador", dijo ayer David Hart, secretario general de la Asociación de Directores de Colegios.El Gobierno, hasta la próxima primavera, no dará fondos para la seguridad en las escuelas. "Habrá muchos millones, pero a lo largo de varios años", señaló Robin Squire, secretario de Estado de Enseñanza Primaria.
Mientras, Villiers House, el bloque de pisos frente al parvulario, era registrado por agentes con cascos y escudos. Horret Campbell, principal sospechoso, había corrido hacia Villiers House instantes después del asalto. "Que nadie se le acerque", había advertido Pat Wing, inspector de la policía de West Midlands.". Algunos vecinos, sorprendidos, calificaron a Horret de "hombre tranquilo, e introvertido, aficionado a pasear en su coche".
Los médicos alabaron a Lisa Potts, una puericultora de 21 años que protegió a los niños y fue herida en espalda, pecho y brazos. Tres niños se hallan aún muy graves, aunque fuera de peligro. Todos sufren profundas heridas en el rostro y cráneo que, en algunos casos, les desfiguran.
Por otra parte, los agentes que investigan la muerte de Jade Matthews, la niña de nueve años asesinada a golpes el pasado domingo en Bootle, detuvieron por la tarde a dos jóvenes de 17 años cuya identidad no desvelaron. Los tres niños, de nueve y 10 años, vistos jugando cerca del escenario del crimen, una vía férrea, aún no han sido localizados..Alan Priest, padre de la niña, separado de su esposa, fue ayer puesto en libertad, tras ser interrogado desde el lunes.
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