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Víctor Manuel cierra tres años de silencio discográfico con un alegato 'antiolvido'

Víctor Manuel (Mieres, 1947) publica nuevas canciones, cosa que no hacía desde el 93 (Adónde irán los besos). En estos tres años no ha perdido el tiempo. Los dos discos en colaboración con otros artistas (Mucho más que dos y En blanco y negro) han conseguido ventas millonarias. El nuevo álbum en solitario, Sin memoria, es un alegato sosegado contra el olvido.Grabado íntegramente en Londres, con productor y músicos británicos, Sin memoria surge de forma natural, no por imperativo de su empresa discográfica. "A estas alturas", dice, "las compañías ya no me piden plazos. Soy yo el que presento novedades cuando me apetece, es decir , cuando tengo algo fresco y nuevo, como ahora". Casi todos los temas fueron compuestos de un tirón a finales del año pasado. Siempre es Ana Belén, su mujer, quien primero escucha cada canción. Es la prueba de fuego, porque "para estas cosas ella es dura como un pedernal", asegura con cierta sorna el asturiano.

En el tema que da título al álbum canta: "Puedo vivir sin creer en Dios, sin banderas, sin Álvarez Cascos, sin un montón de vascos, sin poli, sin Gobierno, sin jueces, sin tabaco... Pero no puedo vivir sin memoria de cada paso que anduvimos". La inclusión del vicepresidente del Gobierno, según el autor, no es mera cuestión de rimas: "La canción muestra el malestar propio y ambiental del momento en que la escribí, noviembre del 95. El señor Álvarez Cascos era entonces montaraz, Ahora parece una hermanita de la caridad con inmensas tragaderas, como si una luz cegadora le hubiera transformado al caer del caballo. Yo reivindico la memoria como músculo que hay que ejercitar constantemente".

Sin embargo, en Como no estabas tú se lamenta: "¡Quién podría ayudarme a olvidar!". Pero eso es ley de vida, y reconoce que "en muchas ocasiones uno echa de más la memoria; hay cosas que quisieras olvidar y no puedes. Tienes que bregar con las contradicciones inherentes a la naturaleza humana". En Canción pequeña, su preferida, tema de amor que puede popularizarse de inmediato, se refiere a las cosas del pasado que vas escogiendo porque te apuntalan. En definitiva, Víctor Manuel actualmente se queda con su familia, "Ana, mi entorno y mis amigos, aunque no los veo todo lo que quisiera".

En este disco vuelve a las raíces asturianas con dos canciones, Agua de la fuente clara y Como el agua en un pañuelo. La primera es un retorno nostálgico a la infancia; la segunda, adaptación de un tema popular que escuchó de niño a El Presi, es una vaqueira que cantan los vaqueiros de Alzada, pastores del occidente asturiano. Su tierra sigue siendo un punto de referencia fundamental para él: "Cuando estoy componiendo me tengo que contener, porque Asturias es la fuente de mi memoria musical, de donde puedo estar sacando agua toda la vida".

Reconoce haber cometido muchos errores, pero no dice cuáles son; que está rodeado de sombras, aunque no acostumbra a hablar solo; que todos hemos cambiado, el país y nosotros. Y que sólo comienza el sosiego cuando "al mirarte en el espejo te aceptas tal como eres y comienzas a considerarte a ti mismo con más benevolencia". Cómo en casi todos sus discos, hay un guiño hacia personas o colectivos lacerados por los prejuicios sociales. Laura ya no vive aquí está dedicada a los amores lésbicos.

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