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TOUR 96

Al mal tiempo, ataque a discreción

Manolo Saiz anuncia que la ONCE pasará a la ofensiva porque sólo le vale "ser primero"

Luis Gómez

Manolo Saiz no tiene dudas al respecto. Y si lo dice, lo cumple. Ha trabajado varios años hasta conseguir que la ONCE tenga una imagen de marca en el Tour y no está dispuesto a irse sin ruido, lamentando el parte de bajas con que le martiriza cada jornada. Jalabert se ha convertido en una incógnita porque el hombre no marcha. Zülle pierde posiciones por momentos.Pero la depresión que embarga a sus líderes no le van a recluir en la guarida. Ayer anunció que atacaría. No esperará. Sabe que de las acciones suicidas ha obtenido algún rendimiento. Su advertencia no ha pasado desapercibida. "Los directores le creen: la ONCE es un equipo que no sabe vivir sin atacar.

Arcs el sábado por culpa de un pinchazo en los últimos kilómetros. Cuesta tenía las maletas preparadas y su itinerario organizado para regresar a España. Manolo Sáiz se le acercó un momento nada más despertarse y le cambió los planes: "Deja las maletas y toma la bicicleta". Horas después, Cuesta estaba disputando la cronoescalada. Fue la única buena noticia del día para el equipo rosa.

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Sáiz confiaba en Zülle, sigue confiando en Zülle. Lamenta su mala suerte y la incomodidad que le producen las múltiples magulladuras que pueblan su cuerpo producto de las caídas. Sáiz presumía que Zülle haría una buena cronoecalada, pero los hechos le desmintieron. Da igual.

Antes de saber el resultado, el director de la ONCE, anunciaba el comienzo de las hostilidades y reveleba sus intenciones de futuro: "Hemos venido aquí a ser primeros, no a ser segundos. No me vale un segundo puesto, así que estamos dispuestos a luchar por ello hasta el final. Cualquier otro resultado no me sirve".

Quienes le conocen saben que no engaña, que no avisa gratuitamente. Sáiz es de esos directores que están dispuestos a quedarse sin equipo si es a costa de dar espectáculo. Y lo curioso es que nadie lo duda. Todos están convencidos de que se aproxima una ofensiva.

Tal y como está la situación no tiene nada que perder porque no puede engancharse a ninguna otra clasificación; ha ganado en el Tour la general por puntos (dos veces) y la general por equipos y sabe que, si lo intenta de nuevo, le señalarán con el dedo acusador, dirán que su equipo sólo es capaz de conseguir premios menores.

Pero Sáiz tiene otro empeño desde hace tiempo. Él quiere que a su equipo se le considere como al mejor del mundo. Es cuestión de orgullo. 0 quizá sea cabezonería. Según se mire. Hoy, en el tramo final de los Alpes los hombres de rosa estarán en los primeros ataques. Todo el pelotón cuenta con ello. Saben que Saiz no engaña.

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