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Una exposición sobre el tiempo de Goya muestra los controles políticos del teatro

Una cuidada exposición, organizada por el Museo Nacional de Teatro y su director Andrés Peláez, en la que se ofrece un recorrido gráfico y documental por el teatro en tiempos de Goya, es el plato fuerte que el Festival de Teatro Clásico de Almagro ofrece como actividad paralela a su programación.El Teatro en los años de Goya, muestra incluida en los actos conmemorativos del 250 aniversario del pintor, recoge textos, arquitecturas, reglamentos y anécdotas de actores y cantantes entre los años 1746 y 1828, época en la que se inicia la modernización de la escena en España, una vez superadas las dos corrientes artísticas que estaban enfrentadas, una tradicional y otra reformista, abierta Europa.

La exposición, que permanecerá hasta el 31 de julio en la sala de exposiciones del hospital de San Juan, está repleta de elementos gráficos y material documental de una época en la que la lucha política, llevada al teatro, produce el enfrentamiento entre los partidarios del teatro nacional y del teatro afrancesado. Andrés Peláez, director de la muestra, afirma haber tenido en cuenta muy especialmente el papel social del teatro del XVIII: "La influencia del teatro sobre las actitudes y costumbres del pueblo era de tal calibre que el poder político pretendió reformarlo, para convertirlo en instrumento de educación y cultura", señala.

En el desarrollo cronológico de la exposición no sólo se muestran los paralelismos entre la vida de Goya (la muestra descubre su desconocida faceta de escenógrafo) y el teatro en España, sino que también se recogen acontecimientos históricos y teatrales internacionales. Las situaciones grotescas que se producían en el teatro de la época, dan un tinte divertido a la muestra, que expone documentos y reglamentos corno los que prohibían los autos, la magia, las comedias de santos y asuntos; sagrados. Prohibición que García. Lorca, 165 años después, logró que se derogara para así incluir él estas obras en el repertorio de La Barraca.

Son- curiosas las leyes que, prohibían a las mujeres taparse, con mantilla y los hombres con sombrero, se gritara o silbara a, los cómicos "aunque lo hicieran mal", se vendiera fruta en los teatros (que siempre iba a parar a las cabezas de los cómicos), que, a petición vecinal, se hiciese teatro en Córdoba y anécdotas,, de los más famosos actores de la época, como La Caramba, La Tirana, Maíquez y Rita Luna.

El comisario de esta exposción, Andrés Peláez, recibirá mañana un homenaje convocado por profesionales de la escena, entre ellos Gala, Marsillach, Buero Vallejo, Ana Diosdado, Narros, Francisco Nieva, Pérez Puig y José Tamayo, para agradecerle su trabajo al frente del Centro de Documentación Teatral, cuya dirección ha abandonado esta semana, al ser sustituido por el periodista Moisés Pérez Coterillo. Peláez, un archivo viviente de la historia del teatro, sigue como director del Museo del Teatro de Almagro.

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