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Los Iaboristas británicos presentan un programa preelectoral centrista

La alternativa que se ofrece a los británicos en las elecciones generales a celebrar antes de mayo de 1997 es elegir entre "los viejos tories" y el "nuevo laborismo" dijo ayer el líder laborista, Tony Blair, en la presentación del manifiesto preelectoral con el que espera conquistar el voto de las clases medias. Sin embargo, el miniprograma, titulado Road to the manifesto (Camino hacia el programa), ofrece escasas novedades sobre la política de los conservadores y pasa de puntillas sobre temas sociales conflictivos. En su intervención, Blair evitó el uso de cualquier terminología "socialista".

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La moderación socialdemócrata es la tónica de un programa de Gobierno que puede finalmente llevar a los laborista al número 10 de Downing Street, tras 17 años en la oposición. La idea motriz de su campaña sigue siendo el cambio, -"Nuevo Laborismo, nueva vida para el Reino Unido", es el último lema-, pero administrado en -dosis minúsculas. La única revolución laborista ha sido la que Tony Blair ha desarrollado en el seno de su partido en los casi dos años que lleva a su frente, como el propio líder puso de relieve ayer. "Hemos rechazado lo peor de nuestro pasado y redescubierto lo mejor", dijo, "y eso nos convierte en un partido preparado para afrontar el futuro y para gobernar".Los puntos esenciales del programa, que serán distribuidos a millares de votantes potenciales impresos en una pequeña tarjeta parecida a una tarjeta de crédito, recogen todos ellos aspiraciones concretas de los ciudadanos. "Lo importante es el votante de a pie: padres, propietarios, pequeños empresarios", subrayó Blair en otro momento de su intervención. Los cinco puntos son: 1) Rebajar el número de alumnos por clase por debajo de los 30 en las escuelas primarias, 2) Introducir un sistema rápido de penalización a los delincuentes juveniles, 3) Reducir las listas de espera de la sanidad pública mediante la asistencia a 100.000 pacientes más gracias al dinero que se reducirá de los gastos burocráticos sanitarios, 4) Retirar del programa de subsidios, y ofrecer una oportunidad de trabajo, a 250.000 jóvenes de menos de 25 años, utilizando para ello parte de los beneficios generados por algunas privatizaciones de bienes públicos y 5) Utilizar criterios más rígidos en lo que respecta al gasto y a la deuda pública. Esta última promesa está destinada a tranquilizar al mundo financiero, cada vez más favorable al líder laborista. Buena prueba de ello es la calurosa acogida que recibió el miércoles en Birmingham el programa económico laborista, resumido por Blair en la reunión anual de la Cámara de Comercio Británica.

En lo que respecta a la aceptación interna de un ideario que ha despertado críticas del ala izquierda del partido, Blair prometió que el programa, aprobado el martes por la dirección laborista, será sometido a discusión y debate de las bases. De momento, la acogida de la prensa ha sido fría, ante la ausencia de grandes ideas en la oferta del principal partido de oposición. El líder laborista se defendió con el argumento de que la gran idea es la creación de "una auténtica nación deseosa de dar una oportunidad de desarrollo a todos sus miembros".

Parlamentos autónomos

En el documento se expresa el compromiso del Partido Laborista con la adopción de un salario mínimo y con la firma del Capítulo Social del Tratado de Maastricht. En lo que respecta a la Constitución no escrita, el texto se apresura a asegurar a los ciudadanos que los laboristas no son partidarios de reemplazar a la Monarquía, si bien, y en contra de la idea de un referéndum prometido reciente mente por su líder, reitera el compromiso del partido con la descentralización del país, para lo que se creará un Parla mento autónomo en Escocia y una Asamblea en Gales. El tercer aspecto de la descentraliza ción prometida por Blair, la puesta en marcha de asambleas locales en Inglaterra, queda sólo enunciado.

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