Discrepancias en el careo entre un policía y su superior en el 'caso Lasa-Zabala'

El policía Ángel López Carrillo, testigo de cargo en el caso Lasa-Zabala, y el que fuera su superior jerárquico en la Policía, el entonces comandante Paulino García Diez, mantuvieron ayer un careo ante el juez Javier Gómez de Liaño, quien apreció en ambos igual firmeza en la defensa de sus posturas discrepantes. Previamente, Paulino García había declarado en calidad de imputado en el sumario que se instruye por el secuestro, torturas y asesinato de los presuntos etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, ocurrido en octubre de 1983. El juez, tras la declaración, no adoptó ninguna medida cautelar contra el agente, aunque tampoco le retiró la imputación, según informaron fuentes jurídicas.

La discrepancia entre López Carrillo y Paulino García estriba en que el primero sostiene que era persona de confianza del entonces gobernador civil de Guipúzcoa, Julen Elgorriaga -hoy procesado y en prisión por el secuestro y muerte de los dos etarras-, y que García le pidió que fuese al Gobierno Civil a recoger las llaves del palacio La Cumbre, donde estuvieron retenidos Lasa y Zabala. El segundo, por el contrario, asegura que López Carrillo era hombre de su confianza, pero no del gobernador civil, y que él no le mandó a recoger ninguna llave.