Los socialistas griegos eligen al primer ministro Simitis nuevo líder del PASOK

ENVIADO ESPECIALLos socialistas griegos apostaron ayer por la renovación política e ideológica con la elección del actual primer ministro, el reformista Costas Simitis, de 60 años, nuevo líder del PASOK con el 55% de los votos. Simitis propugna un nuevo PASOK con un mensaje más centrista y desprovisto de los excesos verbales del socialismo a la griega que fundara Andreas Papandreu hace 22 años. El gran derrotado, con el 44% de los sufragios, fue el ministro del Interior, Akis Tsohatzopulos, de 57 años, mano derecha del líder socialista fallecido hace una semana y que encarnaba la continuidad de su política.

"Es un gran momento para todos nosotros", dijo anoche Simitis a los delegados. "La era pos-Papandreu no será la era pos-PASOK". "Continuaremos unidos. Entre nosotros no hay vencedores ni vencidos", aseguró en medio del entusiasmo de sus seguidores.

La incógnita de quién sería el nuevo líder del PASOK no se despejó hasta última hora de la tarde, cuando se escrutaron los votos depositados en enormes urnas de madera por los 5.111 delegados que han asistido a este congreso extraordinario. Un total de 2.732 lo hicieron a favor de Simitis y 2.324 a favor de Tsohatzopulos. Veintiocho votaron en blanco y 27 fueron nulos.

La victoria de Simitis refuerza su poder y le capacita para llevar a cabo las reformas que considera que Grecia debe afrontar con urgencia. En concreto, el acercamiento al núcleo duro de la Unión Europea para que Grecia pueda desempeñar el papel que le corresponde en la escena internacional, fundamentalmente en los Balcanes y frente al auge del islamismo en Turquía, y un plan de austeridad económica para poder cumplir con los criterios de convergencia. El ministro de Economía, Yannos Papandoniou, fue rotundo al respecto: "El país entra [tras la elección de Simitis] en un buen periodo de modernización y desarrollo".

El apoyo del hijo

Hombre frío, al, que no le van los baños de masas, el primer ministro ha contado con el inestimable apoyo de Giorgos Papandreu, primogénito del líder socialista fallecido y ministro de Educación, quien dejó claro en el congreso que "habrá continuidad pero que nada será ya como antes" y que el único PASOK que existe es el que está en el Gobierno porque ganó las elecciones de 1993. Su voto y sus palabras fueron como un torpedo en la línea de flotación de Tsohatzopulos, que se postulaba como el heredero natural del legado ideológico y político de Papandreu.Otras claves del triunfo de Simitis han sido su amenaza de dimitir como primer ministro si no resultaba elegido, lo que abría un periodo de inestabilidad política que no deseaba nadie, y el hecho de que sea el político socialista, según todos los sondeos, que cuenta con mayores posibilidades de vencer en las próximas elecciones generales, previstas para octubre de 1997. Incluso un diputado del partido de la oposición Nueva Democracia llegó a comentar irónicamente días atrás que si el PASOK no quena a Simitis de líder, ellos sí. Anoche, en el Estadio Olímpico de Atenas, donde se ha celebrado el congreso, se especulaba con que ahora Simitis anticipe los comicios o remodele su Gobierno eliminando a los ministros que se han manifestado en su contra.

No obstante y pese a su triunfo, Simitis se encuentra con que cerca de la mitad del partido ha votado contra él. El congreso del PASOK, el primero sin Papandreu, ha puesto de manifiesto más claramente que nunca que en su seno conviven diversas facciones y sensibilidades, ya que esta vez no estaba presente el fundador para garantizar la unidad. En sus primeras declaraciones, Tsohatzopulos aseguró que sería leal a su rival.