La sombra del "error Urrusolo"
En las lagunas que la historia policial de Baleares acumula, el rastro de José Luis Urrusolo, uno de los activistas más sanguinarios de ETA, evidencia más de un error. Asediado en la Península, el terrorista pasó en 1991 los filtros de vigilancia de Baleares, teóricamente tupidos, e hizo explotar dos artefactos en Palma. El 31 de julio, un coche bomba estalló ante un céntrico edificio de viviendas de militares y otro destrozó una vivienda de dos oficiales que resultaron heridos.
Durante cuatro meses, el coche de alquiler que el miembro de ETA había contratado -en la misma empresa y con el mismo carné que usó para hacerse con el coche que usó como bomba- permaneció abandonado hasta que los vecinos se cansaron de verlo. La policía supo un año más tarde, cuando el terrorista perdió uno de sus carnés en Barcelona, que el temible Urrusulo se había paseado por la isla.
"Vino a inspeccionar el terreno e informó a ETA. Se pudo mover bien y sólo por un error conocieron su estancia. Rego Vidal, obsesionado con la familia real, conoció entonces que no era difícil llegar y moverse entre tanta gente", indica un policía.
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