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El programa de recortes de Kohl supera el primer obstáculo en el Parlamento

El paquete de recortes sociales que el Gobierno federal alemán denomina Programa para el crecimiento y el empleo superó ayer en el Parlamento Federal (Bundestag) los primeros obstáculos de una larga carrera, tras cinco horas de debate en el que Gobierno y oposición repitieron los agumentos intercambiados en los últimos meses. Con los votos de la coalición de centro-derecha, entre democristianos, (CDU/CSU) y liberales (FDP) que gobierna en Bonn, el paquete de recortes propuesto por el Gobierno ha superado el primer obstáculo de una carrera que se prolongará por lo menos hasta el otoño. El Gobierno argumenta una y otra vez que con el programa se crea un clima favorable para el empleo y trata de reducir las cargas sociales, que ahora alcanzan el 40,8% del salario bruto, a medias entre el empresario y el asalariado, para dejarlas por debajo de ese porcentaje. Con los recortes el proyecto del Gobierno pretende reducir en 25.000 millones de marcos (2,1 billones de pesetas) los gastos sociales. La oposición argumenta que el programa gubernamental no crea ni un solo puesto de trabajo. Los socialdemócratas (SPD) usarán su mayoría en la segunda cámara legislativa, el Consejo federal (Bundesrat), para rechazar todo lo que puedan del plan.

Los planes del Gobierno prevén reducir a un 80% el salario de los asalariados de baja por enfermedad o, como alternativa, que renuncien a un día de vacaciones por cada cinco de baja. Se exceptúa de este recorte a quienes causen baja por enfermedad profesional o accidente laboral. La protección contra el despido se elimina en las empresas con menos de 10 asalariados. Hasta ahora era para las de menos de cinco, pero se admite un periodo transitorio de tres años para los afectados por la reforma. La elevación de la edad de retiro para hombres y mujeres hasta los 65 años entrará en vigor de forma progresiva a partir del año 2000. Las curas en balnearios sólo durarán tres semanas.

En nombre del Gobierno, el ministro federal de Trabajo, el democristiano Norbert Bluem (CDU), aseguró que Alemania no dejará de ser un Estado social por los recortes y afirmó: "no ahorramos para los millonarios, sino en favor de los millones de cotizantes de la Seguridad Social". El presidente del SDP, el presidente del Sarre Oskar Lafontaine, acusó al Gobierno de "declarar la guerra a los trabajadores".

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