Grecia llora por la muerte del socialista Papandreu, su último líder carismático
Pese a la prolongada y grave enfermedad del líder socialista griego Andreas Papandreu, su muerte repentina, en la madrugada de ayer, domingo, sorprendió a aliados y adversarios del último líder carismático griego que trajo el socialismo a la Grecia contemporánea. Un fallo cardiaco cortó el débil hilo que le mantenía con vida con la ayuda de diálisis y de respiración asistida desde que fue dado de alta el pasado marzo, tras permanecer en estado crítico durante cuatro meses.
La muerte de Papandreu, a los 77 años, echó por tierra las esperanzas de sus fieles seguidores de verle ante 5.000 delegados en el congreso extraordinario del Partido Socialista Panhelénico (Pasok) previsto para el próximo jueves, y que garantizase la unidad del partido que fundó en 1974 y aportó tres victorias electorales: en 1981, 1985 y 1993.Círculos políticos comentaron ayer en Atenas que incluso el fallecimiento de Papandreu supuso la acción de un hombre que se mantuvo políticamente activo durante 35 años y que murió tras una extensa reunión con estrechos colaboradores en su residencia ateniense en Ekali, en donde preparaba su discurso para dicho congreso.
Una muchedumbre silenciosa, interrumpida sólo por el llanto de alguna mujer vestida de negro, se acercó a la capilla ardiente, en la catedral ortodoxa de Atenas. El funeral será el miércoles. La gente gritaba palabras de coraje y ternura a la viuda, la azafata de 41 años de edad Dimitra Liani, que acompañó de luto riguroso los restos de su marido, que llegaron en un féretro cubierto con la bandera griega, celeste y blanca.
El mundo político coincidió en que personalidades como Papandreu alimentan pasiones y odios, pero que fue indiscutible su capacidad de liderazgo, ya que consiguió albergar bajo el mismo partido, en un momento crítico, a todos los sectores progresistas griegos. Obtuvo así su primera victoria electoral en 1981 con un 48% de los votos. Le siguió un 45,8% en 1985 y un 47% en 1993, cuando recuperó el poder de su derrota en 1989 con el 38,6%, en medio de una oleada de escándalos, de los que luego fue absuelto por falta de pruebas.
Durante su hospitalización de 50 días en cuidados intensivos, periodo en el que estuvo al borde de la muerte, Papandreu accedió a dimitir y dar paso a Costas Simitis en el Ejecutivo, que fue elegido por el grupo parlamentario socialista en enero. Conservó, sin embargo, las riendas del Pasok, y alimentó conjeturas sobre sus supuestas intenciones de garantizar el futuro político de su esposa antes de retirarse. No se sabía con certeza si pretendía seguir al frente del Pasok con ayuda de un vicepresidente.
Ahora es imperativo elegir un nuevo presidente del partido, que estará muy lejos de llenar el vacío dejado por el líder patriarcal, ya que cada uno de los diversos delfines representa una de las tendencias. Una parte del Pasok cree que mantener la unidad exige una presidencia colegiada. Pero Simitis, economista, de 51 años, de tendencia centroizquierdista, quiere una solución "limpia", con un presidente que dirija también el Ejecutivo y sea candidato en las legislativas de octubre de 1997.
Las disputas en el Pasok no han dejado a Simitis ejercer plenamente su cargo, situación que se ha hecho sentir en la Unión Europea, donde no se espera ninguna acción drástica sobre la disputa territorial con Ankara, que supone el bloqueo de los fondos financieros europeos a Turquía y otros 12 países mediterráneos.
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