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El Gobierno ve en la oferta de ETA una trampa para crear división en el Pacto de Ajuria Enea

Pedro Gorospe

ETA intenta reventar el mejor ambiente conseguido por los partidos del Pacto de Ajuria Enea en los últimos años. A falta de 48 horas para una nueva cumbre de las fuerzas políticas y democráticas del País Vasco, los terroristas ofrecieron ayer un plazo de siete días sin matar. Su planteamiento llega emparedado entre el intento de asesinato del secretario de la patronal guipuzcoana, José María Ruiz Urchegui, y los 159 días de secuestro del funcionario de prisiones José María Ortega. La banda pide al Gobierno del PP que se pronuncie "de manera clara y pública" sobre el derecho de autodeterminación de Euskadi. El Gabinete de José María Aznar respondió ayer mismo, de inmediato: la oferta es "una trampa" a los partidos de Ajuria Enea.

El anuncio de la banda terrorista se produce cuando el buen clima entre los partidos permite pensar -después de varios años de problemas y discusiones puntuales- en una fructífera reunión, mañana, para avanzar en estrategias globales dentro de la Mesa por la Paz. Precisamente el lehendakari, José Antonio Ardanza, había propuesto aparcar en esta reunión el tema de la autodeterminación para evitar los problemas de fondo que en el anterior encuentro atascaron a los partidos democráticos en una discusión de casi cinco horas. Varios portavoces políticos advirtieron ayer que los planteamientos de ETA no deben marcar la cita de mañana y apostaron por seguir con el programa previsto.A lo largo de la jornada se produjo un aluvión de reacciones al texto de los terroristas. Todos los partidos cuestionan la oferta de ETA, de la que no se fían. El comunicado, redactado en castellano para que llegue a Aznar sin intermediarios, les merece poca credibilidad. Los diferentes portavoces sólo le darían crédito si se acompañara de un gesto como la liberación de José María Ortega Lara y si el plazo sin usar las armas fuese bastante mayor que siete días.

Uno de los políticos que se mostró más comprensivo fue el diputado de CiU y vicepresidente del Congreso Josep López de Lerma, quien aseguró que el Gobierno debe aprovechar para establecer "algún tipo de contacto desde la fortaleza del Estado". El portavoz de la ejecutiva del PNV, Joseba Egibar, fue muy cauto al criticar el emplazamiento de ETA. "No voy a a ser yo quien desprecie una tregua de siete días", declaró tras dudar de la sinceridad de la rnedida y tras atribuir el comunicado a un intento por acallar las voces críticas en ETA. Para Egibar ETA ha montado una "operación estética" al poner en marcha un doble juego. Esa partida consistiría en contentar por una parte a su propio entorno, que demandaba un paso a favor del diálogo, y por otra en provocar roces de los partidos en sus respuetas.

La reacción del Gobierno se produjo de manera inmediata. El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, convocó con urgencia a los medios de comunicación en La Moncloa para no dar lugar a ninguna interpretación de vacilación. Descartó cualquier Pacto mientras Ortega Lara esté secuestrado. Y apostilló: "ETA quiere poner una trampa a los partidos del Pacto de Ajuria Enea para ver si provoca alguna división".

El consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, sí aconsejó al Gobierno que "no desprecie cualquier oportunidad que suda para hablar, para avanzar en la pacificación".

En las filas socialistas fueron contundentes al opinar sobre la oferta de ETA: Ciprià Ciscar señaló que "la única buena noticia sería que ETA deje de matar y anuncie una tregua definitiva"; Txiki Benegas la tachó como un intento de condicionar Ajuria Enea y la descalificó por "irrisoria, ridícula e insuficiente"; Alfredo Pérez Rubalcaba la tildó de "sarcasmo" y "broma de mal gusto". Para la portavoz parlamentaria de IU, Rosa Aguilar, la propuesta "no es para echar las campanas al vuelo".

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La oferta de ayer se ha convertido en el plazo de paz más corto dado por ETA. El más largo fue anunciado el 8 de enero de 1989, y aunque en un principio tenía una duración de 15 días llegó hasta el 4 de abril. ETA y el Gobierno socialista protagonizaron entonces las fallidas conversaciones de Argel. El 8 de abril la banda colocó 11 bombas en Navarra.

El emplazamiento más reciente data de 1992, aunque en aquella ocasión ETA condicionó la "tregua" a conversaciones entre los mismos interlocutores en un país neutral. El 18 de agosto ETA asesinó a dos guardias civiles en el aparcamiento de un supermercado de Oiartzun (Guipúzcoa).

Para el secretario general de los populares vascos, Carlos Iturgaiz, el comunicado es "una farsa inadmisible porque lo único que tiene que anunciar es el final de la violencia". En el mismo sentido se manifestó el portavoz en el País Vasco de IU, Javier Madrazo: "Sólo pretende desviar la atención". Pablo Mosquera, secretario general de Unidad Alavesa, lo tiene muy claro: "Creo que ETA no quiere que cambien las cosas, sino poner la pelota en el tejado de Aznar para ver qué les contesta".

El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, le. buscó un lado positivo: "Es un cierto reconocimiento del cansancio de esta sociedad, que le pide a ETA que haga algo, y ETA lo hace, aunque sea poquito"..

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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