Cante a Cantalapiedra

A propósito de la columna publicada el pasado día 12 de mayo en el cuadernillo de Madrid titulada Castizos y castizas, firmada por el señor Cantalapiedra, resulta lamentable comprobar cómo personas, por oficio o beneficio, traumas o resentimientos, vuelcan su ácida bilis sobre pequeños colectivos que en lo único que se distinguen dos o tres veces al año es en desempolvar unas ropas y pasearlas durante un festejo local. Si a esto se le añade que su comportamiento ciudadano está lleno de ejemplaridad, sólo se llega a una conclusión: ha debido de ser. tremendo el daño que en su momento causaran al señor Cantalapiedra ciertos individuos que él relaciona con los grupos casticistas,Contestarle a todo lo que en su columna apanfletada menciona no es fácil, ya que su mala retórica o el desconocimiento de significado de las palabras que emplea es de tal grado que nos relaciona con "punkis" y nos califica como los "hieráticos". Es necesario recordarle que esa palabra representa solemnidad, en cuyo caso la relación se pierde.

Nos califica como "estantiguas", no sabiendo cómo se puede relacionar un fantasma nocturno con el contenido de su escrito. Llama al chotis danza "esclerótica", y, tratando de adquirir cultura, me atrevo a preguntarle: ¿qué tiene que ver el chotis con la membrana que cubre el globo del ojo o con cierto ácido que se obtiene del centeno?

Titula de canalla de siglo pasado la jerga que emplean, dejando al descubierto dos cosas: la primera, que esa forma de hablar queda reservada exclusivamente para cuando se quiere hacer una pequeña broma o gracia, y la segunda, que es el señor Cantalapiedra el que emplea una jerga pasada y presente en la narrativa de su escrito. Ciertos párrafos no hay por dónde cogerlos. Su pretendido florido vocabulario necesitaría una sesión en la Real Academia para entenderlo y justificarlo. De no ser que su "estantigua" le haya hecho creer que su apanfletado trabajo sería leído por Homero.

Es una lástima que su visión literaria lea tan ciega que no le permita ver que si en vez de utilizar vinagre empleara tinta, sus escritos causarían la misma hilaridad que los de Jardiel Poncela.

Hay un punto en el que estamos de total acuerdo. En el cual usted dice que Madrid "es un pueblo esponja que asume todo lo que llega". No cabe duda. ¡Y qué mejor ejemplo que el suyo! Estoy convencido de que todos estos piropos que tan elegantemente nos ha dedicado no le van a ocasionar ningún problema. ¿Pero cree usted que en otras ciudades le permitirían ridiculizar ciertos ritos o deportes autóctonos? Si llega a la conclusión de que no, no va a tener más remedio que ser más respetuoso, en pago a nuestra tolerancia.

El trato despectivo que emplea con santa María de la Cabeza me deja perplejo.

Sólo me resta decirle que escudo de Madrid merece un trato más respetuoso y no ser empleado con la frivolidad que usted utiliza en su pretendido chiste.-