Un vecino encontró al herido "sentado" fuera del coche
El empleado de la Asociación de Empresarios de Guipúzcoa (Adegui) Santiago Leceta Urtxegi, de 41 años, sufrió ayer la amputación de las piernas a la altura de las rodillas al explotarle la bomba lapa que ETA había colocado en el vehículo de su primo segundo José María Ruiz de Urtxegi, secretario general de Adegui. Es el primer atentado que Ia organización terrorista realiza contra la patronal guipuzcoana. El presidente de Adegui, José María Korta, dijo que ni Ruiz deUrtxegi ni otros directivos habían recibido amenazas. Korta, arropado por los representantes de todas las asociaciones empresariales del País Vasco, aseguró que van a seguir "al frente de las empresas contribuyendo a generar riqueza y empleo".
Una de las primeras personas que acudieron en socorro de Santiago Leceta declaró que halló a éste "sentado" fuera del vehículo Audi 100, posiblemente como consecuencia de la violenta explosión que lo lanzó fuera del habitáculo. "Estaba sentado fuera del coche, con las piernas seccionadas", recordaba.El testigo, vecino de un inmueble cercano a la zona donde se produjo el atentado, corrió en auxilio de la víctima tras escuchar una fuerte detonación. Al llegar al lugar del suceso, tuvo la impresión de que Leceta ni siquiera había llegado a entrar en el automóvil y pensó que la explosión se había producido cuando abrió la puerta del vehículo. Recordó que la detonación fue "muy fuerte".
Las posteriores investigaciones determinaron que la bomba lapa estalló cuando Leceta daba marcha atrás al automóvil, que apenas se había desplazado unos seis metros del punto donde estaba parado. Los investigadores suponen que el vehículo sufrió un movimiento brusco que hizo que se desplazara la bola metálica que cierra el circuito eléctrico y activa el detonador del artefacto.
La misma persona, que ayudó a los servicios médicos a proporcionar las primeras atenciones al herido, declaró a Europa Press que éste estaba consciente y "muy tranquilo", pese a la gravedad de sus lesiones. Otros tres vecinos acudieron al garaje con extintores, después de escuchar la explosión, y encontraron a Susana de la Calle y Rosa Maíz inmovilizadas por el miedo.
Los investigadores consideran que el atentado de ayer puede ser obra de un grupo de apoyo al comando Donostia, integrado por activistas legales [no fichados por la policía]. El mismo procedimiento de la bomba lapa fue usado por ETA el 4 de marzo para asesinar al mando de la Ertzaintza Ramón Doral en Irún (Guipúzcoa).
El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, viajó ayer tarde desde Madrid a San Sebastián para visitar al herido, junto con el consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa. Posteriormente, ambos políticos mantuvieron una reunión con la directiva de la organización empresarial guipuzcoana Adegui.
El ex ministro Juan Alberto Belloch apenas quiso hacer declaraciones. "No es momento de palabras, sino de ratificar el trabajo conjunto de todos los demócratas contra esta gentuza" de ETA, manifestó en los pasillos del Congreso de los Diputados. Añadió que en la lista de la banda terrorista "estamos todos sin excepción". "Ése es el mensaje central que ETA trata de reiterar".
Una bomba de ETA destinada a un directivo de la patronal guipuzcoana corta a las piernas a un empleado
El atentado terrorista se produjo a las 14.15 en un garaje de la Avenida de Zarauz de San Sebastián, que se encuentra cerrado al público y en el que Adegui posee varias plazas de aparcamiento. El vehículo de José María Ruiz de Urtxegi, un Audi 100 matriculado en Barcelona, se encontraba estacionado en el mismo lugar desde el pasado viernes, día en el que éste se trasladó a Estocolmo (Suecia) por motivos laborales.Santiago Leceta y dos compañeras, Rosa Maíz y Susana de la Calle, habían abandonado su trabajo minutos antes de producirse el atentado ya que las oficinas se encuentran a unos 100 metros de donde se produjo el siniestro. Los tres empleados subieron en el vehículo de José María de Urtxegi para trasladarlo a un taller mecánico con objeto de que se le realizase una revision mientras su propietario se encontraba fuera de España. Leceto se colocó al volante y a su lado se sentó Susana de la Calle mientras que Rosa Maíz viajaba en la parte posterior del automóvil
Subía la rampa del garaje
Cuando el Audi 100 subía por la rampa del garaje, se produjo la explosión, que alcanzó de lleno a Leceta y le seccionó ambas piernas a la altura de las rodillas. La bomba se encontraba adosada mediante imanes en los bajos del coche y se activó al caer el péndulo que cierra el circuito eléctrico del artefacto, según fuentes policiales.
El herido fue trasladado al Hospital de Aranzazu donde se encuentra en estado muy grave, ya que sufre amputación traumática de los miembros inferiores, shock hipovolémico y amputación del dedo meñique de una mano. Sobre las tres de la tarde fue intervenido quirúrgicamente. Las otras dos empleadas sufren policontusiones ya que fueron alcanzadas por la onda expansiva y, aunque su estado es leve, quedaron bajo observación médica durante 24 horas.
Los tres heridos y sus familiares fueron visitados en el Hospital de Aranzazu por el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y el consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa.
José María Ruiz de Urtxegi no había recibido cartas amenazantes ni tenía conocimiento de que pudiese ser objetivo de ETA, según fuentes de Adegui. Hace tres semanas, aparecieron en Andoain (Guipúzcoa) pintadas en contra de Ruiz de Urtxegi, pero ni éste ni los directivos de la patronal les dieron importancia. "Por desgracia, en este país ese tipo de cosas son habituales y no es un caso aislado", señaló el presidente de Adegui.
El dolor y la consternación se reflejaba en los rostros de los empresarios que acudieron a las oficinas de Adegui en San Sebastián. La víctima es una persona muy conocida y querida. Lleva quince años trabajando como conserje en la Asociación de Empresarios de Guipúzcoa.
Una treintena de compañeros de trabajo de Santiago Leceta pidieron al colectivo de trabajadores del País Vasco que reaccionen pacíficamente ante los terroristas y quienes les apoyan. "Hoy ha sido Santi y mañana podemos ser cualquiera de nosotros", señalaron. Para los trabajadores de Adegui, lo único que consigue este tipo de atentados. es "dejar impedida a una persona de 40 años y tristeza, desolación y miseria".
La patronal guipuzcoana que agrupa a los empresarios de la provincia se ha destacado en los últimos años, entre otras cosas, por mantener una postura de absoluto rechazo al pago del denominado impuesto revolucionario a ETA. Sus críticas y denuncias ante este tipo de chantajes han sido duras y claras con mensajes directos a los empresarios de no ceder ante la extorsión y no pagar las cantidades que los terroristas demandaban en las cartas enviadas a los empresarios.
Ese contundente respaldo de las asociaciones de empresarios vascas ha posibilitado que en los. últimos años se incrementase de forma considerable el número de denuncias de intento de chantaje. Adegui además ha realizado una constante movilización en los dos últimos secuestros en Guipúzcoa: el ingeniero Julio Iglesias Zamora y el empresario José María Aldaya.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.