El diseño frente a máquinas amables

El diseño de máquinas inteligentes y amables reunió ayer en Madrid a los diseñadores Juli Capella (Barcelona, 1960), Aldo Colonetti (Bérgamo, 1945) y Alberto Corazón (Madrid, 1942), en un debate, organizado por Caja de Madrid y presentado por el periodista Juan Axias, sobre el cambio cultural en la relación clientes-máquinas en los servicios bancarios. "El diseño debe retomar la relación con la historia y con la memoria, y los objetos, el lenguaje de los sentimientos", afirmó Colonetti, director de la revista Ottagono.

La jornada de diseño industrial sirvió para presentar el nuevo modelo de cajero automático de Caja de Madrid, diseñado por Alberto Corazón. Juli Capella, consultor de diseño, reivindicó la máquina como un objeto amigo. Explicó sobre diapositivas la gran transformación de los objetos a principios de siglo, a través de los trabajos de Raymond Loewy so bre neveras, coches, tractores, cuyas formas llegan a nuestros días por sus soluciones simbólicas, según Alberto Corazón.En opinión de Capella, las máquinas siguen el camino austero de la simplicidad o las formas seductoras del estilismo "que oculta el interior. También se refirió al interface (superficie interfacial) y a los "objetos con alma" de Philip Starck. "La máquina del futuro se podrá personalizar, con un valor simbólico y no de firma, con objetos que me gratifiquen con valores sentimentales".

La función simbólica en el diseño de interface fue el tema de la ponencia de Aldo Colonetti, en especial el problema de la identidad y de la diferencia. Se mostró partidario, con referencias a aportaciones teóricas, de incorporar los conceptos de espacio y de tiempo, junto con el contexto y la historia como elementos indispensables en el proyecto. "El posmodernismo no ha conseguido reflejar la propia historia y se ha hecho con una visión provinciana y unas ideas estéticas muy escasas".

Con la historia

En los proyectos donde se relacionen las personas y las máquinas se debe separar el lenguaje visual del verbal, según Colonetti, quien puso como ejemplo de autonomía de los dos lenguajes las páginas de EL PAÍS. Otro aspecto destacable, con un sentido ético y político, es "retomar la relación con la historia, con la memoria. "La historia significa reivindicar los motivos del contexto y de individualidad histórica".Como ejemplo de solución comunicativa "con el ruido de fondo de la historia" se refirió al proyecto de Corazón, con un lenguaje verbal claro, que incorpora la persiana de madera de los antiguos bureaux. "Ha observado la historia sin nostalgia". También ilustró el proyecto de Renzo Piano para el puerto de Génova.

Alberto Corazón partió del cambio de tendencia en la cultura de consumo y la presión del usuario para comentar la evolución del diseño de una nueva línea de cajero automático. "La relación con las máquinas está cambiando de forma sustancial y rápida", dijo. Estas relaciones afectan a la posición frente a la máquina, el exceso de información exterior y la botonadura vertical. Se mostró partidario de "resemantizar los objetos" y la necesidad de concebir una funcionalidad simbólica. "La redefinición de lo simbólico es un tema esencial en el diseño de nuevas máquinas".

En los aspectos concretos del proyecto del cajero, una nueva generación para espacios públicos, se refirió a la evolución de la imagen de la consola y la demanda de seguridad personal que se convierte en un problema de autoestima. En el concepto integral de la máquina, tiene una doble identificación, con una parte superior que incluye los componentes electrónicos, y una inferior, con la caja fuerte. La referencia simbólica se concreta en la imagen de la cortinilla del bureau y el conjunto aparece como un "elemento totémico".