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Barajas-avenida de América: 9.000

Elsa Fernández-Santos

El viaje en la única línea de autobuses que une Barajas con Madrid cuesta 350 pesetas, cuatro veces menos que el trayecto en taxi. Sin embargo, según la Empresa Mucipal de Transporte (EMT), la ocupación media es sólo del 50%, y encima este año ha perdido pasajeros. El aeropuerto, sin embargo, solicita una ampliación del servicio porque, según sus datos, existe mayor demanda, sobre todo en la terminal internacional, donde se forman largas colas. "Sin viajeros, ¿cómo vamos a ampliar a línea?" dicen en la EMT. En Barajas replican: "Si lo pedimos será por algo".

Hace una semana, un turista japonés pagó 9.000 pesetas por un trayecto en taxi desde el aeropuerto de Barajas a la avenida de América. Días después, otro turista alemán pagó 25.000 en lugar de las 2.500 que marcaba el taxímetro que lo llevó de Barajas a su hotel.La picaresca de algunos taxistas sigue siendo una realidad tachada por sus propios colegas de "tercermundista". "Es una vergüenza, pero existe y lo sabemos todos", afirma un taxista que prefiere no ir al aeropuerto. "No me gusta nada el ambiente. Quieren hacer el trabajo de un día en un viaje. Nos perjudican mucho a los demás".

Al menos 1.000 coches se concentran en Barajas en las horas punta. Cada uno puede esperar hasta dos horas para cargar. Pero la espera es rentable, y aunque muchos turistas evitan el taxi por miedo al timo, la mayoría de los pasajeros nacionales lo utilizan.

Barajas pide más autobuses, mientras la EMT asegura que no hay suficientes pasajeros

Por Barajas transitan al día una media de 65.000 personas. Los autobuses tienen capacidad para 8.000 viajeros, pero según sus datos sólo suben 4.000. La línea de autobuses del aeropuerto, que nació en los años setenta, está poco señalizada dentro y fuera de las terminales del aeropuerto, y mientras los taxistas tienen un folleto informativo sobre sus tarifas (para evitar engaños), del autobús sólo se da noticia en la ventanilla de información y al final del folleto de los taxis.En la terminal nacional los autocares apenas se llenan, pero el servicio se completa al llegar a la parada de los vuelos internacionales. La línea Colón-Barajas tiene demanda, sobre todo, de turistas extranjeros. Los siete vehículos de la línea realizan 11 trayectos diarios cada uno, tienen capacidad para 39 pasajeros cargados de maletas y su frecuencia es de unos 15 minutos. El precio 350 pesetas, es barato no sólo si se compara con un taxi, sino con el que tiene el mismo transporte en otras capitales europeas.

Los responsables del aeropuerto aseguran que no sólo han solicitado potenciar la línea, sino que también han pedido, sin éxito, un trayecto más: Barajas-Chamartín. "No tenemos constancia de dichas solicitudes. Pero, aunque la tuviéramos, sería absurdo porque de momento el servicio es el adecuado", afirma Tomás Burgaleta, gerente de la EMT.

"Este año incluso ha bajado el número de usuarios. Exactamente 5.000 menos. Negamos rotundamente que el servicio sea insuficiente. Las colas se originan cuando llega un avión muy grande, pero en pocos minutos se disuelven", dice Burgaleta, que añade: "En nuestros datos no se refleja esa demanda

El portavoz del aeropuerto, sin embargo, replica: "Desconocemos los datos de los demás, pero si pedimos potenciar la línea es por algo".

A diferencia de los aeropuertos de otras capitales europeas, Barajas no cuenta con un servicio de metro o tren. En París o Londres, el metro del aeropuerto al centro de la ciudad cuesta entre 1.000 y 2.000 pesetas, la frecuencia del servicio es constante y los coches -siempre llenos- son cómodos y rápidos.

Mientras tanto, en Madrid son los taxistas -al aeropuerto legan cada día miles- los principales beneficiarios de la deficiente comunicación de los viajeros del aeropuerto con el centro de la ciudad.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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