Prodi simplificará el sistema fiscal italiano, pero sin reducir la presión
Menos impuestos y tipos, y una cierta dosis de descentralización son la clave de la reforma del sistema fiscal italiano que el Gobierno de Romano Prodi ha anunciado para el próximo otoño, aunque con una condición: la presión global se mantendrá constante hasta 1998, y sólo disminuirá a partir de esa fecha si la situación lo permite. Los sindicatos y la izquierda parecen haber entendido que se procederá a una redistribución de la carga, porque aplauden el anuncio. La derecha critica las medidas, aunque espera datos más concretos.La reforma, que fue explicada en líneas generales el pasado martes al Parlamento por el ministro de Hacienda, Vincenzo Visco, del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), será estructurada con medidas que acompañarán a los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año. Tiene como objetivo fundamental acabar con el caos de un sistema fiscal que incluye más de un centenar de impuestos y sobre el que, desde 1980, se han dictado más de 2.900 normas, según afirmó Visco.
El Gobierno piensa que una buena parte del malestar del contribuyente, especialmente patente en el norte del país, viene precisamente de la complicación de las normas. En ese contexto, Visco anunció que la totalidad de impuestos vigentes será reducida a un máximo de siete o 10 tributos. Dicha reducción se logrará mediante la supresión de algunas tasas y timbres, y a través de la agrupación de otros gravámenes. Por lo que se refiere al impuesto sobre la renta de las personas físicas, Visco anunció que aumentarán las deducciones por familia y que los tipos pasarán de los siete vigentes a sólo dos o tres.
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