Rato acusa al anterior Gobierno de despilfarro

El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, negó ayer, en el Congreso, que la actualización de balances de las empresas que permiten los últimos acuerdos del Gobierno supongan una amnistía fiscal. En la misma sesión, acusó al anterior Gobierno socialista de haber gastado en los cuatro primeros meses del año de manera desmesurada en lo que podía entenderse como forma de despilfarro y, por fin, negó haber hecho ningún tipo de gestión para sustituir al presidente del consejo de administración de Cajamadrid, Jaime Terceiro.

Rodrigo Rato, que acumula la experiencia parlamentaria de portavoz de su grupo en la anterior legislatura, es un diputado capaz de mantener en la tribuna debates de extraordinaria vivacidad.Felipe Alcaraz, de Izquierda Unida, le reprochó el contenido de las medidas económicas adoptadas por el Gobierno y le acusó de conceder "altos y desnivelados beneficios fiscales que comportan una cierta amnistía fiscal y hasta cierto punto rompen la dinámica de progresividad". Alcaraz le espetó que ante las bolsas de fraude fiscal "reconocen, con cierto recochineo y escandalosa resignación, que los ricos no pagan impuestos en este país" y, a modo de sibilina hipótesis le aseguró que si las medidas del Gobierno las hubieran tomado UCD o el PSOE "muchos hubiesen echado mano mentalmente de la necesidad de una nueva huelga general". Con menos sutileza concluyó: "Tendrá usted la respuesta de la izquierda en las instituciones y en la calle".

Rato se apresuró a frenar los ímpetus reivindicativos callejeros al asegurarle que la respuesta "entiendo que política, será la que me plantee usted en el Parlamento". A partir de ahí el vicepresidente económico pasó al contraataque y le espetó a Alcaraz que "no ha leído las medidas" y que había apelado "a un respaldo que no tiene en las urnas y perdone que se lo diga". En el mismo tono Rato aseguró a Alcaraz que "necesita un asesor fiscal, rápido, porque la actualización de balances no es una amnistía fiscal".

A Rato le esperaba un peso pesado parlamentario, el ex ministro de Obras Públicas José Borrell, que quería saber "en qué conceptos y cuantías se ha reducido el denunciado despilfarro de los socialistas tras el ajuste de los 200.000 millones de pesetas". El contraataque de Rato fue fulminante: "Señor Borrell, dada la velocidad del gasto de los cuatro primeros meses, el Gobierno tendría que preguntar a su señoría cuál ha sido el ritmo de despilfarro de esos cuatro primeros meses. Si su señoría no lo explica, lo explicaré yo".

Borrell acudió entonces a remedar al líder del PP José María Aznar recordando que en campaña electoral aseguraba que la supresión del despilfarro permitiría reducir el déficit y bajar los impuestos sin tocar una sola peseta del gasto público. "¡Je, je, je, hay más de 5.000 altos cargos! ¡Je, je, je" -explicó Borrell- "es la risa de su jefe de filas, señor Aznar en unas declaraciones dónde, entre varios je, je, je, dice que basta con reducir el despilfarro de los socialistas para, sin tocar una sola peseta de inversión reconducir el equilibrio presupuestario".

El ex ministro redobló el tono de ataque al dirigirse al Grupo Popular y asegurar que "hay una parte de su anatomía que se les está quedando al aire, señorías, de una forma notable y escandalosa".

Rato volvió a contraatacar y aseguró que en los cuatro primeros meses del año, es decir, durante el mandato socialista, en el Ministerio de Presidencia se ha gastado el 87% del presupuesto del Capítulo II; en el de Asuntos Sociales, el 53% o en Educación y Ciencia, el 51%. Rato recogió la alusión de Borrell y le dijo que "para no irnos por los cerros dé Ubeda y acercarnos más a su anatomía" en su ministerio se han gastado en cuatro meses 165 millones en publicidad y propaganda sobre un presupuesto de 96 millones.

Después le aseguró a Borrell, con ironía, que iban a tratar de que siguiera siendo popular en su pueblo (Pobla del Segur) tratando de que se inviertan 1.750 millones para subsanar errores de obras para estabilizar taludes y por problemas medioambientales.