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Graves incidentes en Tánger marcan la huelga general en Marruecos

Graves incidentes callejeros se produjeron ayer en algunos suburbios de Tánger, al norte de Marruecos, a raíz de una manifestación convocada para apoyar la huelga general decretada en todo el país por las dos grandes centrales sindicales: Unión General de los Trabajadores Marroquíes y la Confederación Democrática del Trabajo.Los incidentes se iniciaron en el barrio tangerino de Beni Mekada, cuando unos 2.000 trabajadores se manifestaban en apoyo de sus reivindicaciones sindicales. Un reducido grupo de provocadores lanzó piedras contra un cuartel de las fuerzas auxiliares de seguridad, para después asaltar, incendiar y saquear dos agencias bancarias, destrozando el coche de servicio de una de las entidades.

Los grupos policiales antidisturbios actuaron con contundencia. Lanzaron gases lacrimógenos y practicaron numerosas detenciones. Pero, la operación policial no pudo frenar la protesta que se reprodujo a primera hora de la tarde cuando los manifestantes se reagruparon en el centro del barrio Beni Mekada, reclamando la libertad de un grupo de veinte detenidos.

Otras detenciones

Los incidentes se extendieron por la tarde al suburbio cercano de Bir Chiffa, donde la policía procedió a la detención de otras treinta personas, tras lanzar gases lacrimogenos para dispersar a los grupos de jóvenes que lanzaban piedras y trataban de proseguir con los desmanes.Los suburbios de Beni Mekada y Bir Chiffa vivieron ya jornadas sangrientas en las revueltas de 1981 y 1990, que se iniciaron también como consecuencia de una huelga general convocada por las centrales sindicales. La situación ayer en estos dos barrios tangerinos contrasta con el resto de Marruecos, donde la huelga general transcurrió de forma pacífica y ordenada, incluso en los suburbios de las grandes urbes, como Rabat, Fez y Casablanca.

Según las centrales, la huelga afectó al 80% de los servicios y de la producción del país, sumándose a la misma numerosos comerciantes, que desde primera hora optaron por no acudir a los zocos o no abrir las puertas de sus tiendas, que permanecieron cerradas durante todo el día para apoyar así las reivindicaciones de sus propios vecinos, en su mayoría obreros en paro.

La protesta fue seguida también de manera unánime en la enseñanza superior, en la universidad y en los institutos, pero afectó muy poco a las escuelas primarias y maternales, y de manera desigual al sector de los servicios, a los hospitales públicos, a ciertos transportes de viajeros ferrocarriles y autobuses, algunos de los cuales redujeron efectivos o recorridos. La convocatoria de huelga general fue sorprendentemente legitimada horas antes de su inicio por la televisión estatal, que en otras ocasiones había hablado de la inconstitucionalidad de este tipo de protestas.

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