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Rusia modera su postura y se muestra dispuesta a un compromiso para ampliar la OTAN al Este

Xavier Vidal-Folch

Por vez primera Rusia no ha lanzado una andanada contra la ampliación de la OTAN hacia los países del antiguo Pacto de Varsovia. Su ministro de Exteriores, Yevgueni Primakov, dio a entender ayer, en una reunión con sus dieciséis homólogos de la Alianza Atlántica, que Moscú nada opone al principio de la ampliación hacia el Este en el sentido político. Pero sí se manifestó tajante contra un despliegue masivo de tropas aliadas junto a sus fronteras. Primakov se mostró dispuesto a un "compromiso" sobre esta ampliación. Los ministros occidentales alabaron el "cambio de tono en su lenguaje" del jefe de la diplomacia rusa, aunque no, todavía, de contenidos.

Primakov lanzó esos mensajes a puerta cerrada, sin periodistas. "No tenemos nada en contra del deseo de otros Estados de incorporarse a la Alianza, pero sí nos pondría en dificultades que sus estructuras se extendieran a lo largo de nuestras fronteras. Hemos planteado preguntas y estamos dispuestos a un compromiso", dijo el ruso, según la versión del ministro alemán, Klaus Kinkel. Otros añadieron que Primakov tildó de "inaceptable" el despliegue masivo de fuerzas y estructuras en su frontera."El lenguaje ha cambiado y eso es muy importante, pero no ha habido cambios drásticos en la cuestión de fondo", evaluó el secretario general de la OTAN, Javier Solana. "No es la primera vez que lo dice, pero es cierto que no es su declaración más frecuente, y es importante que la realice en este ámbito", detalló. Las posiciones son aún "muy diferentes y contradictorias", añadió el ministro español, Abel Matutes. Pero el Kremlin se ha comprometido "a proseguir el diálogo para encontrar fórmulas que desemboquen en una solución". Primakov elogió que la OTAN "no quiera ampliarse por resoluciones predeterminadas, sino mediante el diálogo". Y aunque sus interlocutores recordaron que nadie, ni Moscú, tendrá un "derecho de veto", lo hicieron con menor énfasis.

Berlín ha sido la primera ocasión, tras instaurarse hace año y medio los encuentros Dieciséis más uno (los aliados y Rusia) en que éstos dan un fruto que no sea amargo. Hasta ahora la ampliación sólo había recibido invectivas de Moscú. Y en una reunión en Moscú del secretario general, Javier Solana, con Primakov, "éste dedicó 80 minutos a argumentar contra la ampliación" recordó un alto funcionario. Desde entonces, Solana se comunica con él casi a diario para ablandar sus reticencias. El cambio de actitud ruso -menos frontal, más dialogante-, aunque parece frágil e incipiente, ha sido tomado en serio por los aliados. Pero en Berlín aún no se ha fijado el inicio de una negociación bilateral que desemboque, según sugirió el canciller alemán, Helmut Kohl, en la apertura, "en una Carta [un Tratado bilalteral OTAN-Rusia] que se convierta en una de las piedras angulares de la futura arquitectura de seguridad en Europa".

Extensión política

La idea rusa de que la Alianza se extienda política, pero no militarmente, hacia sus vecinos, provocó el malestar de éstos. "En nuestra historia no nos han bastado las garantías políticas, queremos una integración completa", replicó el ministro polaco, Dariusz Rosati, que asistió a otro encuentro, el de la Asociación para la Paz. Pero Rosati apreció el nuevo lenguaje del Kremlin y lo explicó como el tributo de Borís Yeltsin al apoyo occidental para su candidatura presidencial: Clinton le garantizó el lunes que no acelerará el proceso de ampliación y Kohl subrayó ayer: "Los años electorales no son los mejores para tomar decisiones inteligentes, no compliquemos el problema sin necesidad".Todo indica que Yeltsin ha comprendido que la batalla contra la ampliación de la Alianza sólo interesa a los votantes de su rival comunista, que no recuperará, y que una actitud menos militante le puede acarrear electores de otros sectores moderados. La impresión de un alto funcionario de la OTAN es que "Moscú está regateando": "Sabe que haremos la ampliación, simplemente empieza a discutir su precio".

¿Se perfila el compromiso? Expertos de la Alianza subrayaban que su despliegue en territorio de sus nuevos miembros, cercano a la frontera rusa, no será masivo. "Necesitaremos alguna infraestructura", cuarteles e instalaciones, "pero el mismo diseño de las fuerzas separables, que no separadas permite mucha flexibilidad". O sea, un pequeño cuartel con buenos sistemas de inteligencia, podrá convertirse en cuartel general, si es necesario, en pocas horas, y recibir tropas en menos de una semana. Es la ventaja del concepto mecano de la futura estructura militar que la nueva OTAN aprobó el lunes.

La ampliación no ha recibido en Berlín un acelerón pero sí, quizá, el inicio de su desbloqueo. Para diciembre, debe estar listo el estudio de a quiénes afectará y cuándo podría empezar. Las negociaciones formales con los candidatos maduros podrían iniciarse en 1997, quizá tras una cumbre especial.

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