Chirac cambia la 'mili' a partir de enero por siete días de "encuentro de los jóvenes con la nación"
El servicio militar obligatorio desaparecerá en Francia a partir del próximo mes de enero. Dentro de sólo siete meses, la mili se convertirá en un "encuentro de los jóvenes con la nación" con una duración máxima de una semana, en el que se harán algunas pruebas físicas y se impartirán clases sobre el sistema político y la organización del Ejército. Serán los jóvenes que actualmente disfrutan de prórrogas quienes cubrirán las necesidades militares hasta la profesiónalización completa, prevista para el año 2002. El presidente Jacques Chirac, en una alocución televisada, anunció anoche personalmente a sus conciudadanos que la mili va a quedar abolida antes de lo previsto
La fecha clave es el 1 de enero de 1979. Todos los franceses nacidos ese día o más tarde pueden ya olvidarse de guardias y permisos, a no ser que se alisten como voluntarios en uno de los tres servicios complementarios enumerados anoche por Chirac: seguridad (ejército, policía, gendarmería, aduanas, bomberos, medio ambiente), acción social (escuelas, ayuda a ancianos, actividades culturales) y cooperación internacional. La duración de estos servicios no está aún decidida, pero oscilará probablemente entre los 16 meses previstos para la seguridad y los diez previstos para la cooperación internacional.De hecho, nada está todavía recogido en una ley. El Parlamento tendrá que legislar en otoño. Pero la propuesta planteada ayer por Chirac puede darse por aprobada, dada la inmensa mayoría de que disfruta el presidente en la Asamblea Nacional y dado que el esquema de la reforma ha sido propuesto precisamente por una comisión parlamentaria especial.
La fórmula del "encuentro con la nación" es un simple compromiso para contentar a los muy numerosos partidarios de algún tipo de servicio obligatorio, como medio de fraternización entre gente de procedencia y clase social muy distinta, y como símbolo del vínculo entre el ejército y la ciudadanía. Servirá adicionalmente para realizar estudios estadísticos sobre la evolución de la juventud francesa, y para tallar a los mozos y hacerles pruebas físicas y psicotécnicas, por si se produjera una emergencia y hubiera que restablecer urgentemente el servicio militar.
Chirac afirmó que todos los jóvenes, "sin excepción", deberán acudir a esa semana de "encuentro". Pero falta ver con qué medios se les obligará a ir, y con qué sanciones se amenazará a los absentistas. Tampoco está claro cómo se mantendrá la disciplina en esas "reuniones cívicas", que a partir del año 2002 incluirán al sexo femenino. El presidente fue tajante: una vez concluida la transición a las fuerzas armadas profesionales, las mujeres estarán tan obligadas como los hombres a someterse al breve periodo de prueba y "encuentro con la nación".
Durante esa semana, que muy probablemente quedará reducida a tres o cuatro días efectivos, se impartirán algunas clases sobre "las instituciones francesas y su historia, los derechos humanos y los imperativos de la seguridad nacional", según Chirac. Al término del "encuentro", se ofrecerá a los jóvenes que parezcan mejor cualificados la oportunidad de inscribirse como voluntarios en uno de los tres servicios complementarios.
Las grandes víctimas de la reforma serán los jóvenes que en estos momentos disfrutan de una prórroga a la incorporación a filas. Serán ellos quienes aseguren la transición desde el ejército de reclutas al profesional. "Comprendo que puedan sentirse un poco perjudicados, pero el interés de la defensa lo exige", explicó Chirac. El presidente consoló a los jóvenes con prórroga, y a quienes nacieron justo antes del 1 de enero de 1979, con la garantía de que el servicio militar iría haciéndose "cada año más breve, de una forma gradual", hasta que en 2002 el último recluta abandonara el cuartel.
Los expertos consultados por los diputados y senadores, quienes han hecho llegar a Chirac la propuesta recogida y anunciada ayer por el presidente, coinciden en que probablemente no será necesario que todos los mozos con prórroga acudan a filas. Y señalan un problema: los casos de indisciplina irán en aumento conforme se acerque el límite de 2002, y el último año será realmente difícil. Esa fue la experiencia de los militares británicos cuando, a principios de los años 50, reformaron su ejército para profesionalizarlo totalmente, ejemplo Chirac tiene en la cabeza.
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