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La oposición albanesa exige nuevas elecciones y acusa al régimen de crear un "clima de terror"

ENVIADO ESPECIALAlbania ha entrado en arenas movedizas profundas tras anunciar anoche el principal partido opositor, el socialista, su retirada de las elecciones parlamentarias poco antes de que se cerraran los colegios. Los antiguos comunistas y otras tres formaciones acusaron al gobernante Partido Democrático del presidente Sali Berisha de un cúmulo de irregularidades, de crear "un clima de terror" y de una falta de transparencia que convertía en una farsa el desarrollo de los comicios. Los socialistas, que no reconocerán el resultado de las elecciones, exigen nuevas votaciones. Berisha proclamó anoche la "victoria final" de los albaneses y afirmó que "los comunistas han decretado su propio fin".

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lrregularidades para dar y para tomar

El Gobierno, que prolongó dos horas el cierre de los colegios, se propone anunciar hoy los primeros resultados de una contienda cuya segunda vuelta está anunciada para el próximo domingo. Pasada la medianoche, miles de simpatizantes del partido gobernante tomaron con sus vehículos el centro de Tirana, como tierra conquistada, celebrando un triunfo que dan por irreversible.Los socialistas han exigido al Tribunal Constitucional y la Comisión Electoral, organismos ambos bajo el control indirecto del jefe del Estado, la convocatoria de nuevos comicios en condiciones democráticas y su estrecha vigilancia por las organizaciones, internacionales a las que Albania pertenece, entre ellas el Consejo de Europa.

Los antiguos comunistas afirman en un comunicado que "centenares de representantes de los partidos de oposición han sido golpeados o detenidos, y algunos colegios electorales habían cerrado ya a mediodía".

Un 80% de los votantes, según, la comisión electoral, dio ayer su veredicto sobre cómo se está haciendo la transición al capitalismo en el país más pobre de Europa. Es la tercera vez que los albaneses acuden a las urnas desde que su país se sacudiera en 1991 una dictadura estalinista de casi medio siglo.

"Fin del comunismo"

A las once y media de la noche, el presidente Sali Berisha, visiblemente fuera de control y acompañado por una exhibición de violencia física a cargo de sus gorilas, acudía a la sede de su partido para proclamar la victoria ante miles de enfervorecidos partidarios.Mucho antes de que cerrasen los colegios ya se habían ido concentrando los simpatizantes del Partido Democrático con charangas y fuegos artificiales. "Hoy es un día histórico " dijo Berisha en un mensaje de segundos. "El comunismo y la democracia no tienen nada que ver.. y ellos han decretado su propio fin".

El jefe del Estado albanés añadió que los socialistas habían decidido retirarse porque se sabían absolutamente derrotados y prometió que sus votos "serán contados con absoluta honestidad". El ambiente rozaba la histeria.

Unos 2.200.000 potenciales votantes estaban convocados ayer para elegir durante los próximos cuatro años un Parlamento de 140 miembros. Más de 200.000 nuevos electores que han cumplido los 18 años se han incorporado al censo de los comicios, que debían decidirse por un sistema mixto de representación directa (115 escaños) y proporcional.

La ley electoral favorece a los grandes partidos y fija un mínimo del 41% de los votos para conseguir escaño. En las circunscripciones donde ninguno de los candidatos de las dos fuerzas principales -Democráticos y Socialistas- superase el 50% se celebraría una segunda vuelta el domingo próximo.

Los vaticinios apuntaban a que el vencedor se vería, en cualquier caso forzado a unir sus fuerzas con un racimo de pequeños fuerzas -la Alianza de Centro, que también ha boicoteado la elección- para poder gobernar Albania. En 1992, la formación de Sali Berisha consiguió una arrolladora victoria, con el 62% de los votos y 92 de los 140 escaños. Sus rivales socialistas no superaron el 26%.

Un resultado similar estaba excluido ahora, cuándo los dos partidos principales de Albania, aunque concurrían hasta 18, aseguraban estar convencidos de su victoria y de antemano deslegitimaban la de su enemigo.

El número dos socialista, Namik Dokle declaraba a este periódico el sábado que el presidente Berisha "está dispuesto a cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder; sólo lo logrará si falsifica los resultados de la votación".

Demagogia

El líder del partido y máximo rival de Berisha, el ex primer ministro Fatos Nano, está encarcelado desde 1993 por presunta malversación de fondos públicos. Cada uno desde su bando, los dos han asegurado, el primero con los hechos, estar comprometidos con el sistema de mercado y la pertenencia de su país a la Unión Europea y la Alianza Atlántica. "He leído veinte o treinta páginas de Marx en mi vida", asegura Dokle, mano derecha de Nano, para quien las acusaciones de comunismo que el presidente vierte contra los socialistas no son más que demagogia.Berisha, cuyo mandato presidencial no expira hasta el año próximo, dijo la semana pasada a EL PAÍS que no permanecería "ni un día" al frente de la jefatura del Estado si ganaban Ios marxistas".

Los albaneses han acuñado la palabra demokratura para calificar su creciente talante autoritario, exhibido en el control de los medios informativos y del aparato judicial y en la aprobación de leyes destinadas a silenciar a sus enemigos políticos.

El presidente albanés es, junto con el líder checo Václav Klaus, el único gobernante derechista en los países de Europa oriental, cuyos ciudadanos han encaramado mayoritariamente al poder a los comunistas conversos.

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