Novillos más grandes que los toros, en el Batán
En la Venta del Batán se exhiben ya los novillos de Fernando Peña, que están destinados el día 30, a los novilleros Eugenio de Mora, Carlos Pacheco y Morante de la Puebla. Y se da la circunstancia de que estos novillos, que están irreprochablemente presentados, tienen más apariencia que la corrida de toros de María del Carmen Camacho, que puede verse en la corraleta contigua.La novillada del ganadero de Palomarejos tiene buenas hechuras y seria apariencia. Marcado con el número 23 destaca un ejemplar alto, enmorrillado, abrochado de pitones y ligeramente gacho, lo que hace desmerecer un tanto su figura. También es alto de agujas el número 35, un novillo berrendo y bizco. Hay un par de novillos más de pitones algo gachos, que dan a la presentación del encierro un tono de comodidad. Pero, en general, los novillos de Peña, que proceden de vacas y sementales de Manolo González y González Sánchez-Dalp, tendrán, posiblemente, menos problemas en el reconocimiento que los que han tenido sus progenitores, por sus progenitores de estirpe, en la corrida de ayer.
La corrida de María del Carmen Camacho, que matarán el día 29 Finito de Córdoba, Vicente Barrera y Rivera Ordóñez, viene muy chica y sin carnes. Hay ausencia total de morrillos en las reses y algunas caritas juveniles. Llama la atención la variedad de sus capas. Un chorreao en verdugo, un colorao, dos berrendos y un ensabanao anularado, que es el único que está ligeramente enmorrillado y se acerca a la presencia de lo que debe ser un toro.
Los toros de esta corrida carecen tembién de culata. No sabemos a quién se le habrá ocurrido instalarlos en el corral inmediato al que se encuentra la novillada de Fernando Peña, porque los comentarios del público eran todos coincidentes. La opinión unánime y general era la de que la novillada parecía la corrida y que la corrida era la novillada. Alguien resumió: "Esta reata de perros no debe pasar el reconocimiento".
