Ocho colegios religiosos de Palencia se niegan a acoger a niños gitanos

Ocho colegios religiosos de Palencia han recurrido la decisión de la Dirección Provincial del Ministerio de Educación de incluir a dos niños gitanos en cada una de sus aulas de los niveles concertados a partir del próximo curso escolar. El recurso de los consejos escolares de estos centros y la inmediata y crítica respuesta del director provincial de Educación han provocado la polémica. Los responsables de estos colegios rechazan de antemano y rotundamente que su oposición a esta normativa tenga tintes racistas.

Su portavoz, la religiosa filipense Nieves Alonso, directora de uno de los centros afectados, ha asegurado que se trata simplemente de la respuesta lógica a una "imposición arbitraria", ya que no se les ha consultado "como es preceptivo".Alonso afirma también que estos centros concertados no se oponen a admitir a dos alumnos de raza gitana por aula, "siempre y cuando se les permita subir la ratio de los 25 alumnos actuales a 27".

Una reivindicación que se suma a la petición de que se creen en estos centros equipos específicos de ayudas para alumnos con necesidades especiales; "los colegios públicos ya los tienen y los privados no, y son imprescindibles para atender eficazmente a este tipo de alumnos", asegura la religiosa, para la que esta decisión de la dirección de Educación significa también una doble y contradictoria discriminación: "Por un lado, se niega a los padres de estos alumnos el derecho a elegir centro, mientras que por otro no se les exigen los requisitos que se aplican al resto del alumnado para acceder a uno u otro centro".

Estos argumentos son rechazados por el director provincial de Educación, Valentín Fernández, quien asegura que está claro que la decisión se ajusta a la ley de necesidades especiales y es "una medida necesaria para solucionar los problemas que presenta en la actualidad la escolarización de los niños gitanos en Palencia".

El director provincial ya ha adelantado que el recurso será denegado y ha calificado la actitud de los ocho colegios religiosos de "poco meditada e insolidaria". Valentín Fernández asegura tener perfectamente claro que la integración debe ser tarea de todos "por razones de legalidad, solidaridad, tolerancia y, tratándose de centros religiosos, incluso de caridad".