El PP vetará en el Senado el pacto vasco-navarro aunque lo aprueben los dos Parlamentos autónomos

La dirección de Unión del Pueblo Navarro (UPN) expuso ayer a José María Aznar su oposición al "órgano común permanente" de colaboración que las comunidades vasca y navarra han acordado crear. Lo que UPN pretendía -y consiguió, según Miguel Sanz, vicepresidente de los regionalistas y encargado de informar sobre la reunión con Aznar- es un compromiso para que el PP, con su mayoría absoluta en el Senado, vete un acuerdo previamente legitimado por el voto mayoritario del Parlamento navarro y, también, de la Cámara vasca. "Ya sé que puede parecer paradójico" admitió Sanz.

Pero UPN considera lógico el veto por dos razones. Ni el Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE) ni Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), dos de los partidos integrados en la coalición que gobierna la comunidad foral, llevaban en su programa la creación del órgano común permanente, lo que, a juicio de Sanz, resta legitimidad a la decisión. Sí figuraba, según el vicepresidente de UPN, en el del tercer partido, Eusko Alkartasuna (EA).Sanz argumentó que, al exigir la Constitución el refrendo de las Cortes para un acuerdo de este tipo, debe existir la posibilidad de que las Cámaras lo rechacen. Aceptó, no obstante, que el Congreso puede aprobar el acuerdo vasco-navarro en contra del criterio del Senado, lo que obligaría a crear una comisión mixta para estudiar el asunto.

En última instancia, sería la Cámara baja, en la que el PP está lejos de la mayoría absoluta, la que dirimiera la discrepancia por mayoría cualificada (la mitad más uno de los votos). Si ocurriera, UPN está decidida a presentar un recurso en el Tribunal Constitucional.

Para evitar llegar a ese punto, con las implicaciones derivadas de que el Senado, la Cámara que se pretende convertir en autonómica, cierre el paso a la decisión mayoritaria de dos parlamentos autónomos, UPN ofrece reabrir el diálogo con los demás partidos de la comunidad foral y reducir el acuerdo, ya sellado entre los ejecutivos de ambas comunidades, a convenios de colaboración articulados en ponencias conjuntas. La necesidad de realizar esta oferta de diálogo fue sugerida por Aznar y la dirección del PP a la de UPN.

Sanz se quejó de que UPN, que está en la oposición frente al Gobierno tripartito de la comunidad foral, ha sido marginada de la negociación pese a ser la primera fuerza política, con el 39% de los votos, y argumentó que el acuerdo, en su actual redacción, genera inquietud en algunos sectores y amenaza "la identidad de Navarra", por lo que debe adecuarse "a los intereses de Navarra y a los intereses de UPN, que es el partido mayoritario". Según su texto, añadió, "mediante la envolvente de la coordinación, se crea un órgano administrativo intermedio".

A la entrevista con Aznar, que estaba prevista antes de la aprobación del órgano común permanente, según manifestó Sanz, acudieron también el presidente de los regionalistas navarros, Jesús Aizpún, y el secretario general, Rafael Guerrea.

La delegación de UPN consiguió de Aznar, en su vertiente de "presidente del Gobierno de España", según enfatizó el vicepresidente de UPN, garantías de que recibirá todas las transferencias que consigan las comunidades históricas. Los navarros están particularmente interesados en el Inem, un plan director de desarrollo de la Policía Foral y obras públicas como el pantano de ltoiz y el canal de Navarra o la futura autopista Madrid-Tudela.