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Entrevista:

"El acuerdo vasco-navarro no es federalista"

Javier Otano Cid, 53 años, licenciado en Filosofía y Letras y secretario general de los socialistas navarros desde 1994, dirige eI primer Gabinete de coalición de Navarra. Junto a Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), una escisión del regionalismo de Unión del Pueblo Navarro (UPN), y Eusko Alkartasuna (EA), impulsa un Ejecutivo que ha roto la tradicional barrera de incomunicación y recelo con el País Vasco. El acercamiento ha causado las iras de la derecha foral [dirigentes de UPN se reunirán hoy con José María Aznar y varios de sus ministros, en el seno de la comisión mixta con el PP, para abordar el caso].Pregunta. ¿Era necesario un órgano común permanente entre Navarra y Euskadi?

Respuesta. Por supuesto. Cada uno lo va a juzgar no ya desde lo que es, sino desde lo que creen que significa. Hemos establecido de forma ordenada una relación que! ya se daba en gran medida de forma desordenada. En infraestructuras, como las autovías a San Sebastián o Vitoria; en manifestaciones culturales, referentes a nuestra gente del norte, muy euskaldún en lo relativo al euskera y la educación; en políticas industriales, agrarias... Estamos obligados, les guste o no a algunos, a unas relaciones para coordinar estos campos. Está además algo más intangible, pero igualmente importante: la existencia de unas Competencias similares, más altas aún las navarras, que nos llevan al convencimiento de la conveniencia de establecer una relación permanente.

P. La derecha navarra afirma que la fórmula adoptada, un acuerdo de colaboración, es inconstitucional porque encubre una federación de comunidades. ¿Es así?

R. En absoluto. La búsqueda de cualquier resquicio jurídico para oponerse oculta actitudes personales excesivamente antitolerantes. Desde el punto de vista de la legalidad, estamos tranquilos. De tan ingenuo como es, el texto es totalmente constitucional.

P. ¿La adopción del acuerdo en este momento ha estado motivada por intereses partidistas tendentes a torpedear la línea de flotación de las recién iniciadas relaciones entre el PP y el PNV?

R. ¡Cómo se puede ser tan rebuscado! Quien diga eso está mintiendo. La conversión del PP al nacionalismo sí se hizo de la noche a la mañana. El 3 de marzo no lo era y el 4, por imperativo de las circunstancias, sí. Sin embargo, este acuerdo responde a un programa de Gobierno tripartito, firmado en julio de 1995, en el que ya constaba que regularíamos la relación con la comunidad vasca. Buscar intenciones ocultas está fuera de tono y me parece estúpido.

P. ¿Impedirá a Navarra este acuerdo una normal relación con las demás comunidades limítrofes?

R. Invito a quienes tengan dudas especiales a que acudan al Protocolo de Colaboración que se firmó entre el Gobierno navarro de UPN y La Rioja y Aragón el 23 de junio de 1992.

P. ¿Qué decía?

R. Era de similares características al firmado con el País Vasco y decidía establecer relaciones institucionales permanentes, con una comisión de seguimiento. La política no se hace sobre juicios de intenciones, sino sobre hechos. El órgano vasco-navarro no quitará un ápice de competencias a nadie ni lesionará la identidad de los firmantes. Es respetuoso con los marcos jurídicos navarro, vasco y constitucional. Si alguien, por interés político, pretende boicotear este camino, y digo alguien que dice representar al Gobierno de España, el problema será suyo, de lo que realmente siente y piensa el PP sobre la nueva España institucional.

P. ¿Este órgano ha sido un requisito impuesto a los socialistas por sus socios nacionalistas en Vitoria y Pamplona?

R. Para nada. Los socialistas ya contemplamos en 1991 un marco de relaciones de este tipo en las negociaciones con EA. Hoy, también. ¿Por qué se rasgan las vestiduras? En 1987, Jaime Ignacio del Burgo, diputado actual del PP, planteó una moción, aprobada por el Parlamento de Navarra, para que los servicios jurídicos de la Cámara estudiasen alguna fórmula de relación permanente con la comunidad vasca. ¿A qué viene ahora su radical oposición?

P. ¿La existencia de Navarra como comunidad diferenciada corre algún riesgo de desaparición?

R. No, aunque decir que su realidad es intocable sería una barbaridad, ya que, desde el punto de vista de la Constitución, del Amejoramiento del Fuero y del Estatuto de Gernika, subsisten cláusulas que prevén un posible cambio de situación. Lo que sí puedo decir es que los navarros tendrán en su mano siempre el futuro de Navarra y, elección tras elección, más del 80% votan a partidos que defienden la no integración institucional en otra comunidad.

P. Navarra tiene además un modelo envidiado de autonomía financiera, bienestar social y aceptación ciudadana.

R. Sí, y yo no puedo manifestarme en contra de ciertas reivindicaciones de otras comunidades que demandan cosas que Navarra tiene. Nuestros fueros son respetados desde el siglo XVI por cualquier signo político. Lo que sí quisiera es que este régimen no fuera piedra de escándalo o de toque, sabiendo, desde luego, que una España autonómica no es una España sincrónica, sino diacrónica.

P. ¿Qué cree que hará el PP en las Cortes con este acuerdo de colaboración?

R. Vetarlo arruinaría la credibilidad que intenta ganar hacia una nueva concepción de España.

P. ¿Existe el riesgo de que renazca un cierto enfrentamiento civil en Navarra por esta causa?

R. Sería un debate artificial. Nacería por intereses de alguien que disfrutaría reverdeciendo situaciones pasadas. Vuelvo a pedir a UPN que coja su protocolo con La Rioja y Aragón y reflexione. Sería muy peligroso que persistiera en soliviantar a la población con cuestiones erróneas.

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