_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Candidato Borís

BORíS YELTSIN ha recuperado la iniciativa en la carrera a las elecciones presidenciales rusas del 16 de junio, situándose, según los sondeos, como el único candidato capaz de hacer frente al contendiente comunista, Guennadi Ziugánov. La opción de una tercera fuerza se ha desinflado. Puede sorprender, desde los hábitos democráticos occidentales, que el presidente candidato, más que sobre programas de futuro, esté haciendo su campaña con decisiones y decretos, eso sí, cargados de populismo. Pero, gracias a ello y a trasiegos en el Kremlin, Yeltsin se está revelando, una vez más, como un político con cintura, pese a que en el exterior no entusiasme su demagogia autoritaria.Por decreto, estos días ha abolido para el año 2000 el servicio militar obligatorio. Puede ser una treta preelectoral, pero también puede indicar un cambio hacia otro tipo de ejército menos soviético, por el que aboga incluso otro de los rivales de Yeltsin, el general Alexander Lebed. El presidente candidato ha garantizado asimismo que los reclutas forzosos no acudirán en contra de su voluntad a "zonas de conflicto", es decir, a Chechenia, desmontando así una de las principales líneas de crítica de sus rivales. Chechenia sigue siendo el cruento problema que Yeltsin querría ver resuelto antes del 16 de junio. El Kremlin, además, ha anunciado la progresiva supresión de la pena de muerte, pese a que el propio Yeltsin mandara el año pasado reforzar las ejecuciones en su campaña de lucha contra la criminalidad. También ha prometido compensaciones a los ancianos que perdieron su dinero en estafas de inversiones. Y ha tomado medidas hacia una mayor convertibilidad del rublo y para tranquilizar a los inversores extranjeros ante las incertidumbres que se abren con el proceso electoral.

Con todo esto, Yeltsin intenta ocupar el máximo terreno posible entre la juventud, entre los reformistas y liberales, y, desde hace tiempo, entre los nacionalistas, pues, además de pisarle este terreno a Ziugánov, sabe que puede necesitar en la segunda vuelta los votos del ultra Zhirincivski. Yeltsin está logrando atraerse a algunos reformistas democráticos como Gaidar, así como a intelectuales de prestigio como el escritor Víctor Astáfiev. No ha conseguido, sin embargo, hacer desistir de la carrera presidencial a otros como Yavlinski o Lebed, los cuales han fracasado en su intento de constituir una tercera fuerza. Con ellos, Yeltsin habría explorado la posibilidad de, si desistían, formar un Gobierno de concentración nacional antes de las elecciones, o, más posiblemente, entre las dos vueltas, o incluso en lugar de ellas. Pero poco avanzaría la democracia en Rusia si, por miedo a una victoria comunista, se suspendieran las elecciones.

Todo parece indicar, sin embargo. y a pesar de la opinión del jefe de su seguridad, Alexander Korzakov, que las elecciones se celebrarán. El indisimulado apoyo dispensado a Yeltsin por Estados Unidos y Europa, así como desde las otras repúblicas de la ex URSS, se debe a que se le considera el único candidato capaz de hacer frente a Ziugánov. Y Occidente prefiere ver a éste como líder de la oposición que no como presidente.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_