Tortas hasta el final
37 jornadas no han bastado para resolver las dudas. Lo único que de momento se sabe es el nombre del mejor, el Hércules, y de los peores, Marbella y Getafe. Lo demás pertenece al secreto del sumario. Y así va a ser hasta el último suspiro de la competición. Dos equipos -Logroñés y Mallorca- luchan por la otra plaza de ascenso; otros cinco -Alavés, Badajoz, Extremadura, Toledo y Leganés- lo hacen por acompañar en la promoción al que fracase de aquellos. Y, por abajo, otro trío -Almería, Sestao y Athletic- aguanta la respiración para no caer en los dos puestos de descenso que siguen libres. Para esos once equipos las tortas van a durar hasta el pitido final.Mallorca y Logroñés van abrazados por la vida. El gol número 26 de Manel le bastó al Logroñés. También el Mallorca se agarró al de siempre, o sea, a Morales. Enfrente tuvo a un Hércules que desde que es el campeón oficial no da una. Los problemas del club con Jiménez, el técnico, quizá tengan mucho que ver en la actual pobreza del líder. Ayer, sus hombres actuaron al ralentí. No faltaron las lógicas suspicacias, estando como están ambos conjuntos en la órbita de Antena 3.
El domingo, Logroñés y Mallorca se la juegan. El primero visita al Toledo, otro conjunto que sigue sofiando; los de la isla, en cambio, viajan a Getafe, donde ya está todo vendido. Hasta el estadio. Si ambos ganan, asciende el Logroñés.
Más empujones hay aún para la segunda plaza de promoción. El Alavés cuenta con ventaja. Un triunfo ante el Sestao le pasaporta al paraíso. Esperando su pinchazo permanecen Badajoz, Éxtremadura, Toledo y Leganés.
En el furgón de cola el drama campa a sus anchas. Getafe y Marbella ya son equipos de Segunda B. Pero otros cinco conjuntos andan a mamporros por librarse de la quema, de las dos plazas que siguen sin dueño. El Barça B de Quique Costas, igual que el Villarreal, se ha escapado porque en cualquier empate a puntos con quienes le persiguen sale favorecido. De ellos para abajo, sálvese quien pueda.
Es curioso el caso del filial barcelonista. Durante muchas jornadas fue líder, gracias a un fútbol primoroso. No necesitó ni a De la Peña, ni a Celades, ni a ningún otro de los elegidos por Cruyff. Comenzó, sin embargo, a deshincharse. Y deshinchadito está. Y además, del todo. Si la Liga dura un suspiro más se cae. Entre el cielo y el infierno a veces hay sólo un pasito de nada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.